Nota publicada online
Todo un año de celebraciones: muestras, homenajes y reconocimientos para una artista con una carreratan extensa como secreta. Durante ocho décadas Ides Kihlen trabajó en su taller, indiferente a las modas, a los movimientos y, sobre todo, al sistema del arte; su interés se centró en la creación misma. Una artista comprometida con su vocación .
Nacida en Santa Fe el 10 de julio de 1917, Ides Kihlen estudió lo que amaba: pintura y música. Inició su formación a los 14 años en la Escuela de Artes Decorativas de Buenos Aires, dirigida en aquel momento por Pío Collivadino. Fue también alumna de Vicente Puig, y frecuentó los talleres de Emilio Pettoruti y Juan Batlle Planas. En París, se formó con André Lhote. A partir de 1961, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, donde tuvo como profesor a Kenneth Kemble, uno de los artistas del grupo informalista. En los años 80, continuó sus prácticas de taller con Adolfo Nigro.
Ides estudió, visitó museos, pintó y vivió su mundo. Sus obras no tuvieron títulos ni fechas; muchas de ellas quedaron en el camino. Su pintura académica por cerca de veinte años tomó un giro total a principio de los 80, permitiéndose una libertad cada vez más arrolladora. Son característicos en sus pinturas los fondos luminosos y orgánicos que inducen al movimiento a los otros elementos que aparecen en la obra; líneas, telas y papeles que bailan, se derraman y salen de la obra sin pedir permiso. Nada la limita, su mente inquieta investiga distintos soportes y fondos, incluso trabajó con pintura fluorescente. Para pintar los fondos de obras de gran tamaño, se valió de una escoba. Hoy, con ciento cinco años cumplidos, su herramienta preferida son sus manos, manos decididas que dibujan, pintan y pegan papelitos con la misma fuerza con la que aún toca las teclas de su piano.
Si bien se conoció con los artistas referentes de su época, siempre fue fiel a su estilo -libre y lúdico- y nunca le interesó exponer. En el 2000 fue Augusto Mengelle, director de la Galería Arroyo, quien descubrió su obra y la llevó a arteBA. Resultó un suceso de ventas; su imagen tan particular, despertó enseguida el interés de críticos y coleccionistas. Así llegaron su primeras muestras institucionales: una muestra retrospectiva en el Museo de Artes Decorativas en el 2002, más tarde en el Museo Caraffa de Córdoba y en el Centro Cultural Borges, su participación en importantes ferias internacionales y muestras individuales en destacadas galerías. Todo bajo el cuidado de sus hijas, Ingrid González Monteagudo y Silvia González Kihlen, que se volvieron sus gestoras mientras Ides seguía dedicada a lo suyo: pintar.
Cuando cumplió 100 años, lo celebró con dos muestras importantísimas: “100 años de Arte Abstracto” en el CCK, y “Todo el siglo es Carnaval”, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y con la emisión de un entero postal sobre su obra, con valor para los coleccionistas.
Ides Kihlen continuó con su sabia rutina de vida: pintar desde muy tempranito -casi 8 horas-, componer y tocar su música en el piano para, cerrar el día con una copita de champagne. Así también pasó la pandemia, escuchando las noticias y creando: “Para mí cada día de esta cuarentena es como cualquier otro. Pinto desde que me levanto y, cuando se va la luz, toco el piano y compongo música. Sólo me preocupa la tristeza de los demás y la impotencia frente a esta pandemia. Trato de no pensar demasiado y me sumerjo en mi pintura para seguir adelante,” confesó cuando -desde Arte Online- la entrevistamos.
El 2022 se presentó para Ides Kihlen como una gran celebración, a su trabajo y a su vida, comenzó con una importante muestra en West Palm Beach que organizó la galería cordobesa Via Margutta. En marzo, la misma galería la presentó en su stand de MAPA en Buenos Aires.
En abril, la Universidad Nacional de las Artes realizó una muestra homenaje en el Museo de la Cárcova, a quien fuera su alumna y la distinguió con la entrega del Doctor Honoris Causa, como personalidad destacada del arte y la cultura. “Retratos de un pasado presente”, curada por Ruben Betbeder y Dardo Fabián Flores, exhibió obra de Kihlen desde su etapa de formación hasta la actualidad, a través de una selección que dió cuenta de la profunda transformación de su obra que, sin embargo, siempre mantuvo su esencia: “un proceso prodigioso de superación de la falsa dicotomía figura/fondo, el interés por la síntesis geométrica, y el manejo exquisitamente sensitivo del color”.
El 10 de julio Ides Kihlen cumplió 105 años y el Museo Nacional de Bellas Artes lo celebró con la muestra “Homenaje a Ides Kihlen”. La sala del segundo piso del museo se convirtió en una gran partitura habitada por las composiciones líricas y lúdicas de Ides: sus series blancas, negras y coloradas. Allí también se escuchó algunas de las creaciones de esta increíble artista.
Con curaduría de María Florencia Galesio, investigadora del museo, la muestra incluyó una selección de 28 piezas de Kihlen, desde las creaciones automáticas que cruzan de modo constante sus indagaciones sobre pintura y música, hasta los trabajos más recientes de la serie “Pandemia”, en la que predominan el blanco y el negro. Un homenaje merecido, en nuestro museo mayor, para esta artista que, como afirmó Andrés Duprat, director del Bellas Artes, “hasta hace poco tiempo, su obra era uno de los secretos mejor guardados en la escena de las artes visuales de la Argentina”.
Acompañando estas muestras institucionales de junio a agosto la Galería Aina Nowack presentó “Celebrando a Ides Kihlen”, en Mahón Menorca, España.
Coincidiendo con si cumpleaños, en el mes de julio, la galería Hutchinson Modern & Contemporary, establecida en New York presentó “Ides Kihlen, Compositions”.
En octubre sus obras se exhibieron en Westbrook Modern Gallery en Carmel, California. Y, también en USA, la feria internacional de arte Pinta Miami le dedicó un homenaje a la artista, en su edición diciembre, de la mano de la Galería Aina Nowack.
La Ciudad de Buenos Aires inauguró, en octubre, la Semana del Arte, con una performance “Tu fiesta Ides”, una magnífica pieza creada por Mayra Bonard y Carlos Casella, con texto de Andrea Saltiel, directora artística de Prodanza, también para homenajear a la artista. Como broche de oro en este año de celebraciones, la Academia Nacional de Bellas Artes la distinguió con el Premio a la Trayectoria.
Sin lugar a dudas, el 2022 fue el gran año de Ides Kihlen, probablemente la artista argentina más longeva en actividad y que hace de su vocación el “leitmotiv” de su vida.