La nota biográfica de Leo Battistelli dice que es artista plástico, guardavidas, profesor de cocketelería, diseñador de utilitarios en cerámica y organizador de eventos culturales. Todo parece estar integrado, de una manera u otra en la vida de este artista rosarino, nacido en 1972. Con su obra recorrió los espacios legitimadores de Buenos Aires como el Malba o el Centro Cultural Rojas, donde presentó en 2003 una muestra inspirada en las decoraciones caseras de su abuelo Alfredo Battistelli (1920- 1987), tal como peces pintados en la pileta de lavar o geometrías en las perillas de la cocina. El mismo artista escribía en el catálogo de esta muestra: "Un día lo internaron y al día siguiente ya había muerto. Lloré a gritos su muerte, no sabía cuánto lo quería hasta ese día. Mi rescate de su obra es mi regalo y agradecimiento eternos". Si creemos lo que dice Joseph Beuys, que el verdadero artista es aquel que muestra sus heridas, Battistelli es un verdadero artista.
El rosarino también logra lo que pocos de su generación, integrar lenguajes contemporáneos con su realidad interna. Cualquier observador atento de la escena plástica pude detectar que muchos artistas caen en un formalismo excesivo, como compensación de la falta de sentido. En la obra de Battistelli el sentido está íntimamente asociado a su vida. Con humildad reconoce que tiene trabajos que le permiten ganar dinero y por eso es guardavidas de un club rosarino durante el verano (fue nadador federado de 1978 a 1989 y guardavidas de la Cruz Roja Argentina) y con el nombre de esta profesión bautiza esta muestra en Zabaleta Lab.
El agua es un elemento omnipresente en su vida, mucho más si consideramos donde vive, a orillas del río Paraná. Quizá la fluidez incesante del agua provoque la necesidad de un detenimiento, de una solidificación que él encuentra en la cerámica. La piedra angular del pensamiento alquimista era "solve et coagula", disolver y coagular, como afirmación que en el universo nada desaparece, todo se transforma. La alquimia es -para las mentalidades positivistas- el antecedente de la química, y para el pensamiento simbólico una forma de transformación y crecimiento espiritual, una manera de purificar el alma y llegar a Dios; no es simplemente transformar el plomo en oro, sino elevar la materia al espíritu.
¿Quiénes son los alquimistas de hoy? Aquellas personas que al transformar la materia (sea una escultura, pintura, jardín, comidas, indumentaria, etc.) se transforman ellas mismas. La palabra correcta para definir esta operación es "transmutación" e implica varios pasos sucesivos. Una persona puede crear una pintura, una instalación o un objeto y su alma permanecer indiferente; en general (y sin ser excluyente) le sucede a los artistas que obedecen la presión de las tendencias o del mercado. Puede ocurrir que la transformación del material esté acompasada con las vivencias del creador, es aquí cuando el arte se convierte una verdadera herramienta de transmutación, individual y colectiva. Battistelli rehuye a la presión de las modas y se centra en su propia transformación (que tiene consecuencias colectivas) con el arte como mediador. Eligió la cerámica como material de sus objetos, y este medio implica una condensación primaria de tierra, agua, fuego y aire; es -en términos míticos- una parábola de la creación, los cuatro elementos más el soplo del creador, el quinto elemento. Sus objetos e instalaciones son blancas e inmaculadas, pero también sucias y barrosas, toda una declaración de integración de opuestos. Para visitar la muestra "Guardavida" es indispensable llamar por teléfono a la galería: 4328 4553. Hasta el 28 de octubre, en Zavaleta Lab, Arroyo 872.
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