VIGIL GONZALES
Av. Roque Sáenz Peña 628, piso 4
CABA
La veta académica que Natalia Iguiñiz Boggio desempeña como docente e investigadora en la PUCP (Lima) se mantiene en permanente diálogo con la presente expansión de los feminismos latinoamericanos. Ansío lo que crece mientras cae es el ensayo de la artista peruana que continúa la investigación iniciada con Dejo este cuerpo aquí (2021).
Cada conjunto de obra aborda uno de los dos lados del poder patriarcal. Mientras que Dejo este cuerpo aquí concentra el foco en los efectos e impactos impresos en los cuerpos feminizados que resisten en una posición horizontal latente, la presente exhibición hace un giro y se enfoca en los símbolos verticales, protagónicos en el orden patriarcal. La obra de Iguiñiz se enmarca en un gran movimiento social que procura restablecer en la imaginación política que el bien común ha sido el valor que permitió la subsistencia de nuestra especie, y así nos recuerda que la humanidad no es sostenida en competencia, sino en colaboración. Ansío lo que crece mientras cae busca exponer estos cuestionamientos para que se enriquezcan en el diálogo entre diversas realidades políticas.
Ante la pregunta de cómo interceptar el orden vertical, Iguiñiz decide visibilizar, tanto desde la experiencia personal como desde la reflexión histórica, el aspecto simbólico y epistémico que sostiene ese orden. En su interpretación, no es lo fálico en sí sino su instauración como punto de referencia constante, como medida frente a la cual todo se subalterniza, lo que ha sido funcional para consolidar la valoración ciega del éxito individual. Esta actitud obsesa ante la posesión del poder es rastreable en la historia de occidente en monumentos canónicos a diversos próceres, en las columnas griegas y los obeliscos, que replican en la arquitectura la misma geometría repetidamente. Así, los conceptos subyacentes que sostienen al poder patriarcal son los de ir hacia arriba o elevarse, cuando ese gesto ha sido originalmente para la humanidad una forma de contacto con algo mayor que nos contiene.
Iguiñiz busca identificar las grietas del sistema, poniendo en valor todo aquello que crece y vive a su pesar, preguntándose qué tan frágil ha de ser ese mismo sistema para que sean necesarias tantas acciones y accesorios para mantenerlo insistentemente. Son el calado y la perforación las acciones que buscan destronar los símbolos de poder patriarcal; es el filtrado por sus grietas y debilidades el que poco a poco lo hará “caer”. Son las mareas que entran y salen de las columnas las que van debilitando la prepotencia del patriarcado y del capital: son ríos, hiedras, micelios, matorrales, elementos del mundo natural que, en su perseverancia, resultan más fuertes y duraderos.
El cartón, principal soporte de las piezas, presenta la estética del consumo. Sin embargo, el ensayo pronuncia su capacidad de reutilización y reciclado, donde el renacimiento del significado es posibilitado por la alquimización de lo agotado. En la elección de esta materialidad, Iguiñiz nos da a entender que el arte puede ser un medio de comunicación social accesible para todxs. Los cartones se amontonan y superponen, al igual que las capas de historicidad interpretadas. Ante una toma de conciencia y posicionamiento sensible en el Antropoceno, donde las formas de vida son destruidas en pos del cumplimiento de una ambición desbocada, Iguiñiz nos propone comprender que el sistema es tan violento como frágil, y que un poder vital -que todos parecemos portar- es capaz de, lentamente, transformarlo a su paso.
La muestra se podrá visitar desde el 1 de noviembre en Vigil Gonzales, Av. Roque Sáenz Peña 628, piso 4, Buenos Aires, Argentina.
Durante el mes de enero se trabajará con cita previa para quienes deseen visitar Ansío lo que crece mientras cae de Natalia Iguiñiz Boggio. Para visitar la galería, escribir a info@vigilgonzales.com