Dicen que la filosofía nació dos veces. La segunda vez, quizás más cercana a nosotros, instauró el logos como eje de su despliegue. Resuenan con fuerza, en esa espacialidad, los nombres de Sócrates, Platón y Aristóteles.
El primer nacimiento, tuvo como partera a la poesía. Con la voz de Parménides, Zenón de Elea y Heráclito la filosofía dispuso como territorio inaugural las profundidades propias del arte. Una filosofía poética, fragmentaria y oracular que, con posterioridad, se vio desplazada por la efectividad de la razón y la idea.
Pero tal vez, el arte conservó de aquel momento primigenio esa capacidad de reflexión que se encarna en su propio despliegue material y formal, proponiendo en eso que llamamos obra la apertura a nuevos mundos, pero también, el sitio de residencia de sus opacidades, de aquello que no puede ser fácilmente apresado, de lo que siempre se nos escapa.
El tiempo es otro río, la muestra que presenta Juan Doffo en el Centro Cultural Recoleta parece abrevar de esta tradición en donde poesía y filosofía se mixturan para proponer una experiencia sensible a la vez que reflexiva.
Desde el propio título de la exposición y en alguna de sus obras se referencia la figura de Heráclito, aquel que meditó sobre nuestra condición temporal y nos legara la sentencia: “No podemos sumergirnos dos veces en el mismo río”. La fotografía Río de fuego y la pintura en acrílico Somos gotas en el rio de Heráclito dan indicios de esta filiación.
El poeta alemán Hölderlin manifestaba que “difícilmente abandona el lugar lo que mora cerca del origen” en donde este último término aparece como la esencia de las cosas. Para Doffo, la esencia de las cosas, entendidas éstas como propiamente poéticas, tiene lugar de residencia en una cartografía específica: Mechita. Como lugar de nacimiento es, a la vez, tema, materia y experiencia estética que se brinda a nuestros ojos en varias de sus producciones exhibidas.
La muestra se nutre del diálogo entre diferentes posibilidades expresivas que van desde el dibujo, pasando por la pintura y la fotografía analógica (toma directa sin intervención digital), ambas procedentes de diversas series. Por otra parte, un video permite al espectador contextualizar las producciones haciendo explícito el recorrido artístico de Juan Doffo.
La fotografía vuelve a hacerse presente en la instalación La búsqueda, la cual sorprende por su resolución formal, permitiendo percibir las inquietudes metafísicas del artista.
Pero también, la muestra se abre a otras presencias. El agua, el fuego. La luz y la sombra. El cielo, pero también la tierra: opuestos que buscan reconciliación y distancia en la poética, en devenir, de El tiempo es otro río.

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Del 30 de septiembre al 30 de octubre,
Centro Cultural Recoleta (Sala Cronopios), Junín 1930