News Argentina

domingo 14 de agosto, 2011
Jim Campbell
Tiempo estático
por Graciela Lehmann
Jim Campbell

¿Se puede atrapar el transcurrir del tiempo en un imagen? ¿Es posible comprimir el movimiento? ¿Pueden representarse digitalmente los recuerdos? Semejantes desafíos requieren de un razonamiento científico y procedimientos tecnológicos sofisticados.

El artista Jim Campbell (Chicago 1956) lo logra. ¿Su principal recurso? La luz. Específicamente recurre a diodos emisores de luz o LED. ¿El resultado? Una obra de asombrosa belleza, que conjuga técnica y estética en armonioso ensamble.
“Hasta ahora, nunca había presentado tantas obras hechas en un período tan largo”, señaló Campbell durante la inauguración de Tiempo Estático en Fundación Telefónica, su primera exposición en Sudamérica. Veinte años de la notable exploración de este artista, que es ingeniero eléctrico y matemático del Massachusetts Institute of Technology (MIT) se descubre en un recorrido que plantea numerosas reflexiones sobre el tiempo y la memoria, además de suponer un auténtico desafío para los sentidos.
En esa línea, en el primer piso, en un ambiente oscurecido, una suerte de caja formada por hileras de luces LED suspendidas del techo aparece como un objeto escultórico que atrae al espectador por su belleza y simplicidad. Pero al observar con atención y alejarse un poco se descubren imágenes figurativas de personas que pasan caminando furtivamente, como sombras. Efec­ti­vamente, los píxeles iluminados están programados con filmaciones de pasajeros que se desplazan en al Grand Central Station de Nueva York. La obra se llama Exploded View y es un prototipo de una enorme instalación que exhibió en el Madison Square Park en 2010. Algo parecido ocurre al ver en una gran pared la videoinstalación Home Movies 560-1, integrada por un 28 hileras de 20 píxeles cada una, con un total de 560 LED, que Campbell utiliza en filas muy espaciadas para proyectar secuencias de videos caseros de la década del 50. “Hay que alejarse para poder descubrir las imágenes”, explica el artista.
¿Qué queda en una imagen cuando le sacamos la alta resolución?, se pregunta el artista, y uno de sus recursos para explorar las posibilidades de “la poética de la baja resolución” es colocar pantallas de difusión de resina sobre las matrices de píxeles LED­ para suavizar las imágenes. A veces, las ubica en forma inclinada, o incluso usa fotos, como en una de sus obra en las que se ve la entrada de la Biblioteca de Nueva York, por la que transitan figuras como fantasmas. Una mención especial merecen las obras reunidas en la sala de planta baja, que corresponden a la serie Memory Works, en las que el artista trabaja sobre el tema de la memoria y la representaciones de recuerdos. Aquí y en toda la muestra, la atención oscila entre el asombro de los procedimientos tecnológicos, la curiosidad por desentrañarlos, y el disfrute del lirismo y cierta melancólica nostalgia, como ocurre cada vez que un artista se lanza en busca del tiempo perdido e intenta atrapar el movimiento inexorable de su transcurrir.

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Info
Hasta el 1 de octubre
Espacio Fundación Telefónica, Arenales 1540

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