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Las serranías cercan el último plano de un óleo de Emilio Caraffa de 1891 en el que es posible identificar el sinnúmero de especies vegetales que pueblan ese suelo, desde espinillos y flores silvestres hasta arbustos y pequeños álamos. En contrapunto, la elección de uno de los collages digitales de Julia Romano de la serie de Paisajes construidos, (2010) exhibe otra aproximación a la flora del lugar.
Más pictórico el primero, haciendo uso del verismo fotográfico en el segundo caso, ambas exhiben el interés por el entorno natural. Un interés sostenido en el tiempo por la pintura argentina y muy particularmente por la que ha situado su mirada en Córdoba.
Las dos piezas mencionadas, dan cuenta del extenso rango temporal que abarca la selección de paisajes realizada por los curadores de esta muestra presentada en las salas J y C del Centro Recoleta: Alicia de Arteaga y Tomás Bondone.
El juego de temporalidades forma parte de la estrategia de montaje de esta interesante exposición en donde se presentan contrapuntísticamente pasados y presentes diversos. Así: La primavera (1949-54) de José Malanca aparece como un precedente de la fotografía sin título de 2010 de Ananké Asseff, que se lee como un zoom en aquél paisaje de los años cincuenta. Situaciones similares se presentan en diferentes zonas de las salas, revitalizando con estos contrastes las piezas exhibidas.
El vasto repertorio atraviesa desde la extensión del mundo agreste y las marcas de lo rural, hasta el rigor geométrico de los universos urbanos en trabajos como los de Ernesto Farina, Roberto Viola, Nuna Mangiante y Diego Cuquejo u Onofrion Palamara y Hugo Aveta, entre otros ejemplos disponibles.
En palabras de Arteaga, “Córdoba en el Centro es uno de los registros posibles, la suma de miradas singulares en el cruce de medio centenar de pinturas, fotografías y dibujos” en tanto Bondone agrega: “el paisaje es producto de la mirada, es una construcción compleja y sólo posible cuando la distancia de la cultura, las convenciones del arte y la literatura o la disponibilidad del tiempo nos permiten ver”.
Miradas en el tiempo, miradas marcadas por la cultura, y el lugar ineludible de Córdoba como paradigma del paisaje nacional señalado en los debates de las primeras décadas del siglo XX, son algunas de las claves que recorren la exposición y abren a la mirada contemporánea la riqueza de un conjunto de imágenes que alimentaron y alimentan aún nuestra cultura visual.
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Info
Hasta el 12 de junio
Salas J y C, Centro Cultural Recoleta,
Junín 1930