Cuando aún perduran los ecos del año pasado, en el que 17,6 millones de dólares dieron categoría de record a los resultados de la temporada de subastas de arte argentino en Buenos Aires, ya las casas que operan en este sector del mercado del arte comenzaron a materializar sus primeras convocatorias del 2011.

Son, como suele suceder año tras año, unos primeros tanteos, con una oferta de hecho limitada en cantidad e incluso en calidad, que sirve sobre todo para ir poniendo a punto las mejores expectativas de la demanda.
Luego de un año definido como record, es razonable esperar una demanda que se manifieste activa. Pero en un mercado de dimensiones aún reducidas como lo es el nuestro, la temperatura debe ponerla la oferta. Son los lotes que integran los catálogos los que han de de­terminar el comportamiento de coleccionistas e inversores, cada cual con sus finalidades propias y dentro de su particular modo de operar.

Ya algo de lo señalado pudo apreciarse en las primeras jornadas de martillo. El cuadro con los resultados más significativos del bimestre marzo/abril indican con claridad este direccionamiento de las subastas. La obra de Ernesto Deira que encabeza el listado, realizada en 1969 y ofrecida por Roldán, no sólo es el valor más alto del período, sino que es nuevo record para este artista. También la xilografía de Antonio Berni que vendió Arroyo es record para la obra gráfica del maestro rosarino. Y el galardón de record le cabe también a Duilio Pierri, cuya pintura Mosquito invation (Nueva York, 1984), fue adjudicada en la subasta de marzo de Galería Azur.

Buenas perfomances cumplieron asimismo las obras de Rómulo Macció, Leopoldo Presas, Mario Pucciarelli y Pablo Siquier, que tras ser duramente pujadas lograron valores cercanos a sus plusmarcas vigentes.

El panorama pareciera ser entonces promisorio. Pero la marcha ascendente del mercado, en un año que, como suele suceder en nuestro medio, se presenta algo alterado por circunstancias de corte político, económico e incluso social, dependerá fundamentalmente del nivel de las obras que la oferta disponga en las tarimas.

Lo que vendrá
Como es habitual, mayo será el mes de las subastas de arte latinoamericano en Nueva York, con su aporte de difusión y directa incidencia en nuestra plaza. Tanto Christie’s como Sotheby’s ya han anunciado una presencia inusualmente importante de obras de artistas argentinos, por lo que es dable presumir una cuota de razonables éxitos.

Coincidentemente, mayo es también el momento en que las casas locales programan sus propuestas más convocantes. Arroyo, en la continuidad del plan iniciado hace ya tres años, llama a uno de sus remates especiales. Y Roldán, tras el éxito de su primera subasta del año, dedicada al arte contemporáneo, pone en mayo el foco sobre expresiones más tradicionales, y encabeza su catálogo con “La porteña en el templo” de Raymond Q. de Monvoisin.

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VALORES MÁS ALTOS EN LAS SUBASTAS DE MARZO/ABRIL
(expresados en dólares)

Autor / Título / Medidas / Lugar de venta / U$S
DEIRA, Ernesto / Golem en formación / 120x80 / Roldán / 31.400
MACCIO, Rómulo / Figura / 150x150 / Arroyo / 31.400
KOSICE, Gyula / Röyi nº 5 (1993) / 70x81 / Roldán / 27.470
PRESAS, Leopoldo / Sinfonía del Nuevo Mundo / 120x140 / Azur / 25.340
IOMMI, Enio / Formas espaciales / 99x46 / Roldán / 22.420
PIERRI, Duilio / Mosquito invation / 126x134 / Azur / 22.420
BERNI, Antonio / El último payador / 142x210 / Arroyo / 20.740
SIQUIER, Pablo / 9704 / 140x164 / Roldán / 20.180
PUCCIARELLI, Mario Densidad / 163x130 / Roldán / 19.060
MONDONGO / Lucien Freud / 150x150 / Roldán / 19.060

Fuente: CONSULTART/dgb