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El acero se muestra frío, distante e incorruptible. Se impone por sí mismo. Amansarlo, doblegarlo y transformarlo representa todo un desafío, sobre todo, si se es escultor. Y esto es algo que tienen en común los catorce artistas convocados por la Fundación Villacero, en la sala J, del Centro Cultural Recoleta.
La fundación mexicana radicada en Monterrey se ocupa desde el 2005 de promover a artistas de todo el mundo que trabajan este material. ¿Cómo lo hace? Cada año organiza una muestra privada que se realiza en el marco del Congreso mundial del acero, para la que selecciona a distintos artistas -cuyas obras pasan a formar parte de la colección-, y luego la presenta en una Institución de prestigio acompañada de un cuidado catálogo.
Guillermo Mac Lean, cordobés de nacimiento, naturalizado mexicano, escultor, fotógrafo y literato, considerado como uno de los iniciadores del arte funcional en el uso del acero, autor del mural mas grande realizado en acero en México y director de la fundación, recorre los talleres de los artistas elegidos, los entrevista y los retrata; porque, como él mismo afirma, “el objetivo del proyecto es no sólo mostrar la obra de cada artista sino la faceta sensible de un creador: su calidad humana”.
La primera muestra se realizó en Venezuela a la que le siguieron Chile, Colombia, México, Turquía y Alemania. La actual exposición pensada como un homenaje al pueblo argentino en el año de su Bicentenario reúne a artistas de distintas generaciones que trabajan este material desde sus poéticas propias y su visión contemporánea.
Cada uno de estos artistas corta, suelda y pule el acero para transformarlo en una obra única y en la que se reconoce el alma de su creador. En las piezas de Hernán Dompé, se identifica la simbología ancestral a primera vista. María Juana Heras Velazco, Ana Lizaso y Susana Lescano utilizan como recurso una depurada geometría a la que suman el uso del color neto y pleno. Pablo Dompé, por su parte, aplica el color a formas que remiten a una geometría orgánica. Claudio Gómez y Raúl Fernández Olivi incorporan la textura y el óxido para lograr esa apariencia orgánica, mientras que las “Victorias aladas” de Juan Lecuona, también cobran vida gracias al oxido ferroso. Fabiana Díaz, por el contrario, aprovecha la fría y brillante apariencia del acero para acentuar lo incorruptible del material utilizado. Cristina Tomsig crea dóciles cintas que se mecen en el espacio a partir de indómitas láminas de acero, mientras que las piezas de Pájaro Gómez incorporan el movimiento a través de la línea que se eleva desafiando la naturaleza. Nadia Guthmann esculpe animales con malla de acero en los que se pierden los límites del interior y el exterior y, Gustavo López Armentía también trabaja los límites, al tiempo que devela su interés por el dibujo. Jorge Gamarra, por su parte, cambia la naturaleza del material con que trabaja; reduce el acero a su estado primitivo y lo reconstituye cambiando su propia esencia; la herramienta es la que le permite hacer la obra y es también su inspiración.
Doblegar el acero no es tarea sencilla; dialogar con él, amansarlo y transformarlo es la misión del artista. Acerados en Recoleta es una prueba de ello.
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Más info
Hasta el 30 de enero de 2011
Centro Cultural Recoleta, Junín 1930