News Argentina

lunes 22 de noviembre, 2010
Arte y TV en Telefónica
por Jorge Zuzulich
Arte y TV en Telefónica

A mediados del siglo XX, en el contexto internacional, la televisión produce una nueva modificación productiva y receptiva de relevancia. La “novedad” del directo trae consecuencias en una vertiginosa sociedad definitivamente instalada en el marco de la cultura de masas.

La idea de programación domina su constitución, esto es diversas franjas horarias ocupadas con producciones acordes al target de televidentes. La aparición de la posibilidad de registro, esto es del video, y su posterior democratización a partir de la puesta en circulación de los equipos portátiles de videoregistro, puso a disposición de artistas provenientes del campo del arte conceptual la posibilidad de pensar en imágenes, algunos contra el medio televisivo y otros expandiendo sus posibilidades expresivas.

Es en esta situación de fricción en la que “nace” el video-arte, más específicamente ligado a dos acciones Fluxus: Exposition of Music- Electronic Television, de Nam June Paik, realizada en marzo de 1963 en la Galería Parnass (Wupertal) y la acción Entierro de un televisor de Wolf Vostell en mayo del mismo año. Otro de los hitos fundantes del nuevo medio es la exposición colectiva TV as a Creative Medium, en la Howard Wise Gallery (New York) durante 1969.

Si bien la primera transmisión de la televisión en Argentina, a través de canal 7, puede datarse el 17 de octubre de 1951, quedando claras las implicancias políticas del suceso, no es menos cierto que recién en la década del sesenta es cuando el sistema de transmisión adquiere una resonancia mayor al inaugurarse los canales 9, 13 y 11. Y es con cierta celeridad que el campo artístico local se apropia del medio tanto temática como formalmente. La muestra Televisión. El Di Tella y un episodio en la historia de la TV, curada por Rafael Cippolini e Inés Katzenstein en Espacio Fundación Telefónica, despliega una reflexión sobre este proceso que acontece, centralmente, en el mítico Instituto Di Tella. Allí queda en evidencia esta doble vertiente, crítica y expansiva, que los nuevos medios de entonces provocaron en la productividad de los artistas vinculados al Di Tella, generando un alto grado de sincronismo entre la experimentación local y la internacional.

La muestra explicita una rigurosa investigación, la cual pone en relación material de archivo y obras, los que dan cuenta de los numerosos proyectos que tenían al medio como protagonista por aquel entonces. De esta manera es posible acceder a la mirada que, entre 1965 y 1969, desplegaron Marta Minujín, David Lamelas, Roberto Jacoby, Eduardo Costa y Raúl Escari, Grupo Frontera, Luis Felipe Noé, Jorge de la Vega y el grupo Pop sobre el cruce entre tv y arte.

Pero la interesante propuesta de Cippolini y Katzenstein, no queda ocluida en el pasado sino que es abierta a la contemporaneidad a partir de tres instalaciones desarrolladas para la muestra. Es Con Gran Placer Que Anunciamos Una Repetición, de Miguel Mitlag, en donde el artista se apropia de una obra de David Lamelas, Situación de tiempo (1969), y la cruza con su propia productividad. Andrés Di Tella, en La televisión y yo, referencia el mundo de Martha Minujín, creadora de un happening en un estudio televisivo y del experimental Simultaneidad en simultáneo. Las dos obras de Jorge Macchi funcionan como elementos críticos de esas experiencias retrospectivas, en una el desplazamiento a la que es sometida la tv frente al actual mundo web y la segunda como comentario a un dispositivo muy cercano a la experiencia de aquellos años: el circuito cerrado.

La muestra se articula en cinco secciones, recorrido que permite una aproximación a un universo no demasiado transitado pero en el cual se instaura esa vinculación entre arte y tecnología cuyas resonancias alcanzan a escucharse desde nuestra contemporaneidad. Como señalan sus curadores: “(…) por primera vez el arte proponía modificar la televisión desde todos los ángulos, convirtiendo el doméstico aparato en escultura, fetiche y sistema autorreferencial, pero también transformando las especulaciones teóricas (sociológicas, tecnológicas y políticas) en una indagación de la visualidad social y sus efectos, en lo que fue uno de los episodios más singulares en la historia de la pantalla chica.”

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Más info
Hasta el 18 de diciembre de 2010
en Espacio Fundación Telefónica, Arenales 1540.

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