Vemos aquello que miramos. Pero, para ver necesitamos también entender y para ello debemos entrenar el ojo y aprender. Al acto de ver le sigue la interpretación y racionalización de la mirada, la comprensión de la imagen y mas tarde su consiguiente verbalización para explicar la emoción que ésta provoca dado que, por sí misma, la imagen no emana emoción alguna. Para interpretar el resultado que produce en nuestra retina, los rayos coloridos que la descomposición de la luz imprime, al rebotar sobre la superficie del objeto, necesitamos claves que nos abran las sutiles cerraduras de los significados que varían a través de los tiempos y en las distintas culturas.
El primer antecedente que se conoce de la fotografía es la cámara oscura, un instrumento óptico inventado en Bagdad, alrededor del año 1000, por el matemático árabe Alhacén, a partir de experimentaciones del funcionamiento del ojo. Mucha agua ha corrido bajo el puente desde entonces y hoy, la fotografía se ha convertido en una de las tendencias más populares del arte contemporáneo.
Con mas de noventa muestras oficiales, a lo largo de todo el país, y bajo el título "Identidades en tránsito" la nueva edición del Festival de la Luz, feliz iniciativa de Elda Harrington, pone una vez más en primer plano esta disciplina. En el año del bicentenario, Migraciones, la temática planteada, nos invita a reflexionar sobre la necesidad de integración, tolerancia y armonía de un pueblo unido en busca de valores y reglas justas para toda la sociedad.
En este contexto y para celebrar la iniciativa de una nueva feria especializada: Lima Photo, elegimos para ilustrar nuestra edición actual, la obra de un joven artista: Sergio Fasola, un fotógrafo de inteligente mirada, en la que prevalece la crítica social -sin dejar de lado la ironía y el humor- y que se destaca por su sello personal y una impecable técnica. Una obra que nos obliga a reflexionar sobre nuestras innecesarias "migraciones internas" producto de la falta de oportunidades en el interior del país.
Pues es el artista, quien primero ve, interpreta y racionaliza esta mirada, comprende la imagen y mas tarde actúa como espejo que se multiplica para conmover a cada uno de nosotros y entrenarnos en este ancestral y maravilloso oficio del ojo.