Cordillera y vino, contenido y continente se encuentran en esta muestra en la paleta vibrante del magistral pintor cuyano que, con una nueva mirada, compromete al espectador acercándole aquello que es propio de su pintura y es su esencia vital, la cordillera de los Andes, masa informe que se nos acerca, cobra vida y significado la paleta del artista que le da vida y nos acerca a esa masa inmutable.

Y dejando que la magia del arte nos conduzca… ¿Dónde mejor cobijar esta muestra, sino en el seno natural del vino? Y precisamente, la exposición puede verse en la original sala de arte que funciona dentro de una vieja y umbrosa pileta de vino, donde aun se perciben las huellas de los cristales del tartrato y los aromas propios de la bodega cuajada de sensaciones. Allí nos sorprende en su magnitud la imagen imponente de la cordillera de los Andes que en el pincel de Gómez Centurión cobra vida con una extensa gama de registros. En un camino sin concesiones el artista continua con su propuesta multidisciplinaría y es así que con un equipo de expertos: geólogo, cineasta, poeta, baqueanos que trasmiten su sabiduría ancestral a través de sus relatos, se adentró en el corazón de la cordillera para plasmar sus vivencia s a la manera de los viajeros del siglo XVIII. El resultado de ese registro fue su muestra en el Centro Recoleta del 2003. Ahora, en esta nueva exposición que plantea una continuación de aquella, añade otros parajes y otras visiones con el talento de poder combinar la impronta fuertemente expresionista de su mural Alma Negra con la sutileza plástica de sus “Glaciares”.

Julieta Gargiulo, comprendiendo que es en la cordillera, a lo largo de 7 provincias andinas, la que anida en sus valles los viñedos y que son sus aguas de deshielo y el sol de las altas cumbres, los que custodian y dan vida a sus frutos, quiso en esta ocasión sintetizar esta unión en un acople original donde según sus palabras, seguramente en las deshoras de la noche recreando un rito mágico ancestral, los duendes del vino alcanzaran las mas altas cumbres en las pinceladas de Calos Gómez Centurión.

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Bodega Viniterra
Luján de Cuyo, hasta fin de junio