La elección de los temas es de una ingenuidad amable; el artista logra cristalizar un instante aparentemente trivial en imágenes de gran contenido expresivo. La línea suelta busca incesantemente un realismo a través del detalle, de las sombras, de la superposición de manos y técnicas y demás elementos que constituyen sus telas.
La repetición, la continuidad y la espontaneidad son algunos de los conceptos que se desprenden de la obra de Monteagudo.

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Hasta el 12 de abril en Espacio Alejandra Perotti,
Freire 1101, Colegiales