Pero, entonces, ¿cómo articular esta noción con los ´modos del decir`? La diversidad de formas a través de las cuales el artista ´nos dice y se dice` hoy es muy amplia. Acercándome a las obras de Patricia Nader y Daniel Ruiz Holgado expuestas en arte ROSEMBERG pude experimentar dichas aseveraciones.

Patricia Nader, a través de una serie de piezas objetuales realizadas en vitrofusión, nos ofrece un lenguaje donde líneas y colores se complementan a los espacios negativos y a la textura visual-táctil para dar forma a una obra que alude a cierto vacío interior. Como una poesía de silencios ella nos remite a una estética despojada que actúa sólo por la sensualidad de las formas primeras, aquellas primordiales para los abstractos constructivos, pero con el agregado de la incidencia de la luz y consecuente transparencia que, tal vez, sean los mediadores entre lo terrenal y lo supremo. Cabe acotar que, si bien, la obra de Nader, quien expone asiduamente en Buenos aires, se lee en el ´límite` entre arte y diseño preguntarnos cual es ese límite, creo, esta demás. La obra se dice y allí reside su valor.

Por su parte, las pinturas al óleo en pequeño formato de Daniel Ruiz Holgado, artista de reconocida trayectoria en nuestro medio, nos revelan una estética visceral donde el gesto, sin más, expresa. La diversidad cromática al igual que el desparpajo en la aplicación de la materia nos habla de un arte informal pero con la peculiaridad de ciertas referencias a paisajes que nos transmiten una poética a modo de espejo de la memoria; memoria del artista y de los receptores volviéndonos participes activos en la completitud de la imagen. No hay dudas que este artista procesa y digiere su marco epocal diciéndonos ´estados`, los suyos y los nuestros, a través de la ambigüedad. Estas obras, de excelencia técnica, reivindican el lenguaje plástico como un pretexto para adentrarnos en el mundo de los hipertextos.

Muy buena.

Hasta el 28 de octubre.