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En la Universidad Nacional de Tres de Febrero se exhibe “Imágenes Sudamericanas- Del arte Precolombino a los continuadores del Universalismo Constructivo”.
Bajo la curaduría de Oscar Moreno está integrada en parte por 12 piezas correspondientes a primitivas culturas del noroeste argentino provenientes del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Es importante destacar que Henry Moore, el gran escultor inglés, a quien Moreno cita en el texto del catálogo, afirmó que “los trabajos precolombinos no tienen equivalente en toda la historia de la escultura en piedra, por su fidelidad a la materia, su fabulosa potencia, su asombrosa fecundidad para la invención de la forma y su concepción absolutamente tridimensional”.
Entre las 12 piezas destacamos “Vaso”-Condorhuasi.500 a.C —600 d.C, “Suplicante” Calchaquí, “Mortero”- Calchaquí, “Vasija”. Fuerte Quemado, Catamarca,”Vasija” Aguada, Catamarca, ejemplos que tienen mucho que ver con el significado estético al que adhirieron varios artistas argentinos. Estas formas corresponden a la cultura andina que se desarrolló en los territorios correspondientes a las actuales provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Tucumán y San Juan.
Pero ésta no es solamente una muestra de carácter antropológico. Como lo señala Moreno, hay una línea trazada hacia artistas que han reivindicado para sí una concepción de las artes vistas desde el Sur, como lo anhelaba Joaquín Torres García.
Son pocos los artistas que pueden transitar con autenticidad el camino de los lenguajes americanistas sin caer en estereotipos o expresiones adocenadas, repetición de signos y símbolos que se convierten en un callejón sin salida.
Entre ellos, Alberto Delmonte (1933-2005) al que no puedo referirme en pasado. Su obra es esencial para la mirada y no importa que se lo catalogue como americanista o heredero de las teorías de Torres García.
Lo que sí importa es descubrir que en su pintura nada hay de accesorio. Un empaste sensible de una paleta enriquecida por buscadas transparencias, el color justo, profundo. Y la repetición de signos y símbolos para Delmonte es la reafirmación de sus creencias.
Su estética no responde a ninguna moda, pertenece al pensamiento y al hacer de artistas admirados, por supuesto, Torres García, pero también Klee, Tamayo, Tapies, Gambartes y su primer maestro, Marcos Tiglio. En Delmonte todo responde al concepto de unidad, orden, equilibrio, ritmo, tono, presente en el corpus total de su obra, universal y trascendente y en esa suerte de manifiesto en el que expresa su convicción de que ética y estética deben permanecer estrechamente unidas.
Julián Agosta (1935-2007): tallar la madera, caldear el hierro y dominarlo, una atracción por el fuego, hundir las manos en la arcilla para realizar cerámicas de intenso arcaísmo, revelan una dilatada relación de trabajo y amor por el arte.
Siempre contestatario, desafiante, rebelde, en defensa de sus principios éticos, la obra de este gran artista está mostrada en una atmósfera de misterio y recogimiento. Acabado oficio, un volcán de ideas que permiten al contemplador entablar un diálogo franco con una obra enraizada en la estética constructivista, adhiere, como Delmonte, a los postulados del rigor formal, el equilibrio y la armonía.
Compleja, en general de carácter totémico, con elementos ascensionales, entrecruzamiento de planos, de elementos sígnicos y simbólicos que engendran resonancias ancestrales, trece obras que recorren su universo escultórico.
Tres cerámicas y nueve obras paradigmáticas de Adolfo Nigro (1942) dan cuenta de su personalísimo quehacer a través de una acumulación de elementos que cuentan una historia fragmentada pero que conforma un todo en un juego de equilibrio admirable.
Este artista va plasmando gozosa y rítmicamente los vericuetos de su memoria, a la manera de un Gurvich, artista cuyo taller frecuentó en Montevideo , figura esencial en su formación.
Nigro es sinónimo de entusiasmo inagotable, de compromiso ético y político, de imágenes celebratorias de la naturaleza, por eso, tanto su personalidad como su obra es como un río caudaloso y generoso que fluye.
Ante sus cuadros, la mirada del contemplador va a intentar abarcarlo todo, sin embargo, siempre encontrará un elemento inesperado y aunque también compleja, es comprendida naturalmente porque como los otros integrantes de la muestra, se expresa de manera universal.
Tres grandes maestros argentinos cuya amistad y enseñanzas me han ayudado a bordear el cada vez más complejo mundo del arte.
Info: Hasta el 20 de septiembre
MUNTREF, Valentín Gómez 4828, Caseros