La reciente edición de arteBA se caracterizó por un notorio avance de las nuevas tecnologías como medio de expresión artística. Una de las obras más cautivantes fue la del Grupo Proyecto Biopus, que ahora se presenta, con curaduría de Alina Tortosa, en la Galería Aldo de Sousa.

Es el gesto el que produce la obra. Un gesto que acaricia, que presiona o que golpetea; un gesto que, según sea lento o rápido, despierta de la seductora superficie, luz, sonido y formas y, así cobra vida. Sin este gesto la obra muere. Proyecto Biopus es una obra que nace y vive a través de su interacción con el hombre; sin él no existe.
Es una obra lúdica que tiene que ver desde lo formal y desde lo conceptual con la vida. El grupo Proyecto Biopus, autores formales y conceptuales de esta obra, está conformado por creadores que investigan el arte interactivo, explorando nuevas formas de relación entre la obra y el público. Este grupo de artistas, que trabaja principalmente en la docencia universitaria en diferentes instituciones de Buenos Aires y La Plata investiga, a través de su producción, la relación entre el público y la obra. El grupo, actualmente está integrado por Emiliano Causa, artista multimedia e Ingeniero en Sistemas, Matías Romero Costas, artista multimedia y compositor, y Tarcisio Pirotta diseñador gráfico y multimedia. Tres miradas diferentes que confluyen en un mismo punto y que acercan las herramientas necesarias para lograr el sueño de la obra viva.
Concebida como una forma orgánica, la estructura contenedora se asemeja a una gran ameba en cuya superficie tensada y, a partir de la presión de la mano, aparecen las primeras formas que varían a partir del tipo de gesto. El contacto quieto produce un círculo que se va abriendo, como sucede en la superficie de un espejo de agua. Estas primeras formas que cobran vida y se expanden -tímida o enérgicamente- según la velocidad del gesto creador. Estas criaturas a su vez son generadoras de otras que, como sucede en la naturaleza, fagocitan a las primeras. Y es aquí donde comienza el juego: el fondo y las formas toman los colores de las principales obras de la historia del arte universal y generan, con su movimiento, compases al ritmo de la velocidad que desarrollan. Todo se transforma en energía pura en acción. Energía que se alimenta de la energía del gesto y que se traduce en formas que, a su vez se alimentan de otras. Así, las formas triangulares se comen a las redondas y aparecen nuevas que fagocitan a las anteriores. Se trata de un ecosistema como el de la naturaleza misma, como en la vida misma. Como cualquier sistema cerrado tiende al desequilibrio y le corresponde al espectador conservar su equilibrio, es decir, provocar que la obra siga viva a través de su propio gesto; de otra manera, la obra simplemente muere.
Proyecto Biopus es una obra fascinante que nos obliga a tomar conciencia de nuestras propias acciones y a mantenerlas vivas.

Info: Hasta el 24 de junio, Aldo de Sousa, Arroyo 858