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“La contemporaneidad quiere rematar una vieja empresa ilustrada (…) pero no olvida que eso duros meollos son el recaudo de su estabilidad”.
Ticio Escobar
“…los mojones de sentido que han trazado los rumbos de aquel derrotero”… ¿cuáles son aquellos mojones que el teórico paraguayo invoca? Fundamento, totalidad, origen, identidad… Realmente duros de roer esos meollos que involucran la pugna moderno-contemporáneo y se convierten en dilemas terminológicos y en deslizamientos epocales. La modernidad, la contemporaneidad y la condición periférica animan el escenario mendocino asumiendo sus legitimidades, expresando sus propuestas, confrontando sus discursos.
La fuerte tradición pictórica mendocina es puesta en relieve en dos espacios institucionales. Uno de ellos el MMAM, presenta un homenaje a los 75 años de la Escuela de Bellas Artes con la exposición de Raúl Castromán, Carlos Ojam, Luis Scaiola y Armando Rivera que se encuentran entre los últimos exponentes de aquella que fuera la gran formadora de artistas populares, antes de convertirse en un colegio secundario ajeno al aura y la mística que esta institución típica de la modernidad supo imprimir en varias generaciones de artistas. Perla Fragapane y Mauro Cano compartieron este espacio, herederos de un carácter y un oficio del que son agradecidos cultores, y con frescura saltan entre experiencias pictóricas que conjugan distintas matrices. En cambio, Yvonne Kaiser, se solaza en algo como un realismo mágico de cuño autóctono y dice de sus pinturas que son “casi un documental metafórico de cómo vivo la realidad” y le creo. Ya hace bastante que los duendes la andan rondando. Y en la tradición cuyana esto se toma muy en serio. Compartieron la sala con las fotografías digitales de David Kaiser y su particular visión de los objetos, esa vuelta de tuerca de las imágenes en su trasmigración tecnológica.
En otro registro, el Espacio de Arte de la Universidad Tecnológica Regional Mendoza que acaba de cumplir 5 años y en su Muestra Nº26, exhibe obras vinculadas a la tradición de género, como el paisaje o la presencia de la figura humana en distintas versiones. Desde el octogenario maestro Oscar Reina, recientemente agasajado en San Rafael junto a Luis Grasso, Carlos Escoriza, Enrique Testaseca, Luis Freire, Claudia Peralta y Mariela Vicente suman modalidades constructivas y diversidad técnica que resultan ilustrativas de un conjunto de continuidades vigentes en un momento histórico, con sus resignificaciones y sus interrogantes.
En esta coexistencia de registros diversos, enarbolan la bandera de los lenguajes del arte contemporáneo las exposiciones del ECA, en el ciclo dedicado a la mujer. Para Mujer-Ciencia, “El Pensamiento Lateral” -con María Forcada como curadora, dispuesta a sobresaltar la experiencia- explora distintas vertientes de la divergencia con variedad de técnicas y un entrevero de signos donde la identidad femenina no se exime del compromiso de unos metafóricos colgantes de trapos cosidos con insidiosa pulcritud y enigmáticas hormigas dialogando con textos e instalaciones sobre creadores, creatividad y modos del pensamiento . Con la sutileza histriónica característica, la instalación “El paso del tiempo” de Carmen Ramirez acaparó la atención de numerosos espectadores. Mientras en el piso superior “Destellos” de Floky Gauvry reflotaba un surrealismo de cuño onírico en sus monocopias. El fragmento Mujer-Arte fue confinado al subsuelo, donde tiene su reino la fotografía. Allí con “Flores del desierto”, Eduardo Dolengiewich juega en su poética la ambigüedad de las formas del paisaje desértico con el desnudo femenino pleno de simbolismos. El acto de metamorfosis del paisaje-cuerpo, azuza la imaginación y transforma imágenes recordadas.
En tanto, la Galería ED y sus jóvenes promotores, militantes de la causa arte contemporáneo de Mendoza, volvieron a ser seleccionados por 3ra vez para el Barrio Joven de arteBA Un empeño en el que se juegan con sus propuestas de arbitrariedad asumida. Con la energía de siempre Viviana Bianchi prepara en Area, Trasnoche sin cortes, para experimentar procesos artísticos diversos y simúltáneos en la noche más larga del año.
Múltiples recorridos y lógicas incautadas de diversas temporalidades, lo moderno y contemporáneo, a su sui-generis estilo de entreveros de formas entre supervivencias y apropiaciones, el escenario mendocino confronta sus discursos y en los espacios posibles, da rienda a sus sueños.