Sensuales, barrocos y voluptuosos los bodegones de Carlos Herrera capturan la mirada del observador y lo invitan a detenerse en sus colores, contrastes y texturas. Como deliciosas piezas de un “banquete frutal en el que la luz brota de las sombras y de las tinieblas surge y estalla en colores y acontece una vez más el suntuosos festín de la pintura”, señala Beatriz Vignoli.
Con una mirada audaz, el joven artista rosarino Carlos Herrera aborda uno de los motivos más tradicionales y recurrentes de la historia del arte: la naturaleza muerta, para investigarlo y reflejarlo en el lenguaje contemporáneo de la fotografía. El resultado es una serie de piezas intimistas en las que pepinos dulces, tunas, dragones chinos, chirimoyas, papayas y aguaymantos se convierten en protagonistas de escenas teatrales. Y en forma recurrente una pequeña fruta roja reaparece una y otra vez, desafiando al espectador a volver a descubrirla indiscreta entre las demás frutas.
De notable calidad técnica, los Bodegones Peruanos de Carlos Herrera ponen en evidencia su talento como fotógrafo inteligente, irónico y curioso.

Info:Hasta el 14 de junio. Zavaleta Lab, Venezuela 567