"El arte actual no presenta el resultado de un trabajo, es el trabajo en sí, o el trabajo por venir". Nicolas Bourriaud
Fueron casi setecientos los chicos que se animaron a "mostrar algo" y que ese algo fuera una manera de habitar el mundo. Provenientes de puntos inexistentes para las cartografías del arte como Bardas Blancas o Real del Padre, Rama Caída o Monte Comán entre otros tantos del sur de mi provincia, la convocatoria "Todos tenemos derecho a un ambiente sano" los reunió en pos de una utopía actual: resguardar su pedazo de mundo. Una historia que merece ser contada porque ese "todos" -tan imperativo- es una ficción y por lo tanto un acto creativo audaz, que pone sobre el tapete una cuestión geopolítica que atañe a las pequeñas y grandes poblaciones.
He de decirlo, históricamente los pobladores de San Rafael se destacan por su autonomismo y por ello gestan hechos que generen visibilidad. Ahora, este potencial distintivo fue puesto en marcha por dos entidades locales: la Multisectorial y la Fundación Valentín Bianchi que realizaron el esfuerzo de convocar un jurado notable para darle envergadura al hecho que obras de niños de 12 y 13 años protagonizaran una "Gran Muestra de Arte". La selección estuvo a cargo del jurado integrado por la profesora María del Carmen Márquez, representando a los docentes del área Plástica de San Rafael, el documentalista Juan Schrí¶der, el reconocido artista plástico Nicolás García Uriburo y Valeria Traversa, artista plástica responsable del área educativa del Centro Cultural Borges de Buenos Aires, dónde las obras elegidas serán transformadas en gigantografías y expuestas entre el 21 de abril y el 5 de mayo de 2008.
La historia es una historia de futuro: 20 chicos de lugares ignotos arribarán a la Capital con sus profesores a exponer su propuesta de mundo en un lugar in- imaginado. Sus trabajos serán considerados "arte" en virtud de una decisión que es un gesto, una operación necesaria de producción de signos. Si la estética es la producción que distingue a la humanidad de las demás especies animales, como dice Bouriiaud y el hecho de mostrar basta para definir al artista, frente a estas realizaciones de los chicos podemos hacernos muchas preguntas. ¿pueden las formas ser más o menos democráticas? ¿pueden ellas generar diálogo? ¿estamos frente a la estética fiscalizadora de la historia del arte o nos plantearemos frente a estas otras subjetividades las formas del encuentro? Los interrogantes apuntan a criterios de coexistencia, y a pensar que de algún modo se encuentren otras maneras de producir relaciones con el mundo. Para finalizar un año, no es poca cosa.
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