Esta desesperanza, este amor - hambriento, impaciente, fastidioso, intolerante-; esta cruel vigilia... De esa angustia nace esta reflexión", escribía Eduardo Mallea en Historia de una pasión argentina en 1961. Y en este estado de agonía y de incertidumbre sobre su futuro cercano (y lejano) se encuentra hoy el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba).
El Museo de Arte Moderno, creado por el crítico de arte, Rafael Squirru, en 1956, nació como una institución nómade, que exponía sus obras en distintas galerías y salones como Rubbers, Witcom, Peuser, el museo Sivori, por mencionar algunos espacios. La importancia de sus exposiciones en las que se presentaron obras de Polesello, Libero Badii, Blaszko, Curatella Manes, Kemble, Greco, Berni, la muestra Cuatro escultores Madi (Kosice, Linenberg, Sabelli y Stimm) etc. y las adquisiciones y donaciones como "parte de una fuerte política patrimonial", en palabras de Laura Buccellato, actual directora del museo, contribuyeron a que en 1960 dejara de ser un museo fantasma y su patrimonio se instaló en la sede del Teatro General San Martín.
Durante los años 70 el museo estuvo siempre atento a las nuevas tendencias, ciencias, lenguajes y expresiones del arte tanto nacional como internacional. Obras de Grippo, Le Parc, Davite, Clorindo Testa, David Lamelas, muestras de diseño industrial y de distintos movimientos como el Conceptualismo y el Minimalismo fueron expuestas sus salas y revindicaron su contemporaneidad.
En 1989 se lo renombró como Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y su ya amplio y prestigioso patrimonio se trasladó nuevamente. Esta vez a San Telmo, San Juan 350. Allí expusieron artistas nacionales e internacionales como Miguel Angel Ríos, Norberto Gómez, Joseph Beuys y el Grupo Cobra y siempre Laura Buccelato buscó impulsar la realización de obras experimentales. Pero el patrimonio del Mamba se ampliaba porque las expresiones artísticas siguieron creciendo y la función de este museo era y es poder tenerlas representadas. No había espacio para su patrimonio que hoy ya cuenta 6000 obras.
En este marco de falta de espacio comenzaron las obras del proyecto donado hace 10 años por el arquitecto Emilio Ambasz para la remodelación de la antigua sede de San Telmo que a su vez se unirá con el Museo del Cine como parte del proyecto Polo Sur Cultural. Durante el año y medio de proyección de la ampliación, el museo se trasladaría al Palacio de Correos. Y allí se instaló, donde hoy funciona. Pero, lamentablemente, ahora deberá desalojar el lugar a causa del comienzo de las obras en el edificio para el Centro Cultural del Bicentenario, pregonado desde el gobierno nacional.
Las obras de ampliación de la sede de San Telmo "fueron interrumpidas en febrero de 2006 con la caída de Ibarra", relata la Lic. Mónica Poggio, encargada de Prensa del Mamba, "y no se retomaron hasta comienzos de 2007". "Sin embargo, desde agosto último se volvieron a parar y solo el 4% de la obra proyectada está ejecutada", a pesar de que el jefe de gobierno, Jorge Telerman, "había anunciado enfáticamente en noviembre pasado que el inicio y la continuidad de las obras eran un hecho", contaron amigos del museo al diario La Nación. Nos preguntamos, preocupados, a dónde irán a parar las 6000 obras de arte que conforman la colección pública de arte contemporáneo más importante del país. ¿A alguna autoridad nacional o porteña realmente le interesa conservar este tesoro que forma parte del acervo cultural de todos los argentinos y que es el museo de arte contemporáneo más importante del país?
La subsecretaria de Patrimonio Cultural, Nanny Arias Incollá, afirmó haberle presentado a la directora del Mamba, Buccellato, distintas opciones de espacios que podrían ser acondicionados para actuar como "reservorios museológicos". Pero sin duda, el patrimonio deberá ser dividido y almacenado en estos espacios sin estar expuesto al público en forma de museo como siempre lo fue a pesar de sus avatares. Lo que ahora buscará Buccellato es la reactivación por parte del gobierno porteño de las obras de San Juan 350 para que en el plazo estipulado las obras del Mamba puedan volver a brillar ante los argentinos. A pesar de las ya vergonzosas idas y vueltas, lo más grave de este asunto es que Buenos Aires, ciudad con aires de cosmopolita, referente para muchas otras metrópolis latinoamericanas y mundiales no pueda contar con un Museo de Arte Moderno que funcione normalmente y que tenga una sede propia merecida por acoger parte fundamental del patrimonio de nuestro país. Los artistas argentinos están al nivel de los europeos y de los norteamericanos, son invitados a participar de exposiciones y Bienales mundiales constantemente, son creadores de tendencias, referentes en el mundo de arte. Buenos Aires pretende ser una ciudad respetada por el mundo y valorada por su acervo cultural, sin embargo, desde lo público, a nadie le interesa que en Madrid exista el Reina Sofía; en Nueva York, el MOMA; en Londres la Modern Tate; en Barcelona, el MACBA; en París, el Pompidou.... Y en Buenos Aires, el Mamba se encuentre a la deriva.
Patrimonio del Mamba
El Mamba cuenta con un patrimonio que abarca la producción argentina contemporánea, fundamentalmente de las décadas del 40, 50 y 60 además de obras plásticas nacionales e internacionales cuyas fechas de realización llegan hasta la actualidad. Recibió donaciones de importantes colecciones de Fotografía Argentina, de fotografía en general, entre las que se encuentran fotos de Stern y Coppola, la primera colección de "Diseño Gráfico argentino" y más de 300 obras gráficas de Antonio Seguí, entre otras. También cabe destacar dentro de su patrimonio a la Colección Pirovano que fue donada por Josefina Pirovano de Mihura cumpliendo con la voluntad de su hermano, el Dr. Ignacio Pirovano.
El acervo contiene obras del movimiento Arte Concreto de Invención y del grupo Madí (algunas donadas por Pirovano). Nombres como los Arden Quin, Martín Blaszko, Gyula Kosice, Raúl Lozza, Tomás Maldonado, Alfredo Hlito y Enio Iommi brillan con sus obras. El Movimiento Informalista Argentino también está presente con producciones artísticas de Alberto Greco, Kenneth Kemble, Luis Wells y otros. La Nueva Figuración o los neofigurativos: Jorge de la Vega, Ernesto Deira, Rómulo Macció y Luis Felipe Noé también dicen presente en el patrimonio del Mamba. Además hay trabajos de artistas renombrados como Antonio Berni y esculturas de Libero Badi y Curatella Manes, los generativos Vidal y Mac Entyre y los ópticos y cinéticos Julio Le Parc, Marta Boto y Tomás Tomasello. El patrimonio de este incandescente Museo de Arte Moderno de Buenos Aires no se conforma sólo de artistas nacionales sino que además alberga obras de los artistas más destacados de la plástica mundial: Henri Matisse, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Joan Miró, Wassily Kandinsky, Sonia Delaunay, Piet Mondrian, Josef Albers, George Vantongerloo, Max Hill, Manuel Millares y Check Close.
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