Al decodificar las diferentes formas que en que los mitos se resignifican en las sociedades encontramos algunas estrategias que nos permitan iluminar nuevos flancos de comprensión. Me he dejado llevar por esta idea del solsticio de invierno como una metáfora del renacer, este acontecimiento cósmico que en las culturas agrí­colas reviste una singular importancia, en las culturas urbanas se ha reinterpretado como de la prosperidad y riqueza. Algo de eso se deja resonar ante la profusión de signos de vitalidad en el espacio artí­stico mendocino.
Los siempre emprendedores gestores de ED contemporáneo con Efecto Mendoza han emprendido una cruzada de rescate de los artistas mendocinos cuyas trayectorias son desconocidas por el medio ya se forjaron fuera de él, y a pesar de una indiferencia que los impulsó a buscar otros aires. Esta vez, la bienvenida es Isabel Barbuzza,.artista mendocina, residente en Iowa y directora del departamento de escultura de la Universidad de Iowa. En esta su primera muestra en Mendoza desarrolló un trabajo original, Zucundun.
Como también se advierten la constancia de un espacio institucional, como el de la UTN que en su XXI muestra participan Marcelo Cid, Mariela Acjia, Maximiliano Ruffo, Mario Martí­nez, Susana Campagna, Daniela Romero y Florencia La Parra en un crecimiento sostenido por una experiencia que se acrecienta.
En tanto la Sala Pablo Sacchero, de la Subsecretarí­a de Cultura invitó a las Carolina Porral de Santa Fe, Ana Perissé y Adriana Gibello de Buenos Aires, un trí­o de artistas visuales conformado en torno a la "razón afectiva", razón poderosa si las hay. Con técnicas y temáticas muy disí­miles pero congruentes en un trabajo que convence por su solidez y que dialoga en su diversidad.
Otros nuevos espacios se han abierto, los recorreremos en un próximo encuentro, ya que auguran interesantes propuestas en este renacer en pleno invierno.

SOL DE INVIERNO EN LAS SERRANíAS
En el sentido simbólico, el invierno es un descanso anual. Pero no todo es quietud. Una renovación en los conceptos de promoción de los artistas mendocinos ha movilizado el ambiente. Daniel Augusto Rueda y su emprendimiento -DAR- ha apuntado al mercado fuera de la provincia y al exterior. Estas salidas donde han interactuado junto a las producciones artí­sticas el vino y el turismo, potencian una imagen regional. Y muestra otras opciones para un invierno, que con crisis energética incluida, se alumbra con otros soles y otras energí­as.
En el confort y encanto que ofrece el hotel Potrero de los Funes realizó un evento de significativas proporciones: un homenaje al pintor Alberto Nicolás Musso, declarado "Ciudadano Ilustre de San Luis" distinción entregada personalmente por el gobernador. Como invitadas especiales, con Marcela Costa Peuser asistimos para presenciar un reconocimiento debido a un artista cuya trayectoria incluye no solo la pintura sino la pasión por la literatura leí­da en su idioma original y traducciones. Una polémica y atractiva personalidad en un sofisticado evento que mostró lí­neas heterogéneas: una exposición cuyo concepto es la diversidad que tiende el puente de la cultura de dos provincias. Un artista de San Luis que desarrolló gran parte de su prolí­fica actividad en Mendoza, sin perder nunca el ví­nculo que lo une al terruño natal, es homenajeado en ese mismo suelo. Un reconocimiento a una trayectoria de casi medio siglo de entrega al arte como actividad central de su vida. Cuatro artistas: una de ellas; Ivonne Kaiser, pintora de sutil y misterioso encanto, también nacida en tierra sanluiseña; una escultora de trayectoria, Viviana Herrera, audaz y vital, egresada de las aulas de la facultad de artes; un joven y talentoso pintor, Juan Castillo, a punto de egresar de esas mismas aulas en que Alberto Musso es una indiscutible figura. Y un desestructurado publicista; Cristóbal Peña y Lillo, apasionado por los pinceles, que imprime en sus pinturas humor y alocadas ideas. En este rico marco humano donde confluyen historias de ida y vuelta, acompañados de vino y arte como los incuestionables embajadores provinciales, la presencia del gobernador Dr. Alberto Rodrí­guez Saá, cuyo apoyo a la cultura es tan conocido como su propia actividad artí­stica es un significativo espaldarazo. También recibió el apoyo de la comuna mendocina, una señal muy clara del interés que puede generar la promoción e intercambio cultural los auspicios institucionales y empresariales.
Una velada con todas las galas y delicadezas de un excelente anfitrión que permitió generar encuentros entre mendocinos y sanluiseños, diversificando los públicos, ampliando el espectro de los gozadores de arte.

Trasnoche sin cortes: La noche más larga del arte
En la noche del 20 al 21 de junio se celebra en el hemisferio sur el solsticio de invierno.
En una mezcla de tradiciones y delirios compartidos, luego del exitoso Proyecto "Tachos" (vendimia 2007) surgió el proyecto: "Trasnoche sin cortes- La noche más larga del arte"; un proceso de producción artí­stica colectiva., en el Cultural Victoria. Los plásticos convocados trabajaron durante las 24 horas obras de su creación, en pequeños formatos y en un mural colectivo. Adhirieron a él Arte al Dí­a, Daniel Augusto Rueda Arte, la Municipalidad de Luján y la comuna de Capital
Los artistas plásticos comprometidos en el proyecto fueron: los mendocinos Aní­bal Anganuzzi, Carlos Escoriza, Cristóbal Peña y Lillo, Enrique Testasecca, Federico Calandria, Fernando Jereb, Gabriela Moreno, Juan Castillo, Rosa Panocchia y Valeria Maza. Desde La Plata llegaron Camilo Garbí­n y Mariela Vita.
Entre vinos, mates y bocadillos comenzó un proceso de convivencia artí­stica durante la larga noche y el corto dí­a en que la producción se convirtió en un desafí­o: por un lado gestar en tiempo record y con testigos una obra propia, individual y por otro, generar un mural colectivo fundiendo las individualidades. Un tanto en serio, un tanto en broma, Viviana Bianchi, directora del espacio y gestora del proyecto aludió a esta época de "realitys" ya que la perfomance fue filmada í­ntegramente por Proyecto V. La presión emocional del compartir un encierro, del desnudar los "secretos artí­sticos", con un giro que elimina la competencia (no hay "nominados") y apuesta a un producto final comunitario era un desafí­o.
Sí­, el solsticio es la fiesta de la esperanza, del renacimiento que se prepara en el secreto de la noche, y el objetivo fue cumplido y el resultado espléndido. La experiencia colectiva resistió los embates para que los lindes de lo propio y lo ajeno se reacomodaran en un signo esperanzador.