Por estos días y hasta mediados de Junio, en Tucumán, se ofrecen una serie de muestras que denotan la "multiplicidad de la mirada". En el Museo Pcial de Bellas Artes "Timoteo Navarro" se expone, con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, una colectiva denominada "Inscripciones Invisibles". La Lic. Carlota Beltrame realizó una curaduría de producciones que nos retrotraen a las décadas del '70 y '80. El montaje, sumamente cuidado, nos permite articular generaciones diversas con temáticas en común. En el MUNT (Museo de la Universidad Nacional de Tucumán) se nos ofrece otra colectiva: "Escena Pop". La misma, curada por el Dr. Jorge Figueroa, nos acerca veinte propuestas de artistas emergentes en las que, como reza uno de los textos del catálogo, se presentan procesos de investigación, planteos de tonos intimistas, registros de intervenciones, propuestas autoreferenciales y hasta paisajes oníricos. Por su parte, en el Centro Cultural Virla, la muestra individual "Exceso de equipaje" de M. Rossini denota un profundo interés por el ornamento. Las imágenes, en las que confluyen objetos de la vida cotidiana con tonos intimistas, se construyen a partir de la repetición haciendo fuerte alusión a las estrategias de representación Pop. Por otro lado, en la Fundación Rouges, Blanca Machuca nos ofrece su individual: "Rituales de sanación". En ella pueden entreverse indagaciones en torno a la relación hombre-deseo, magia y memoria. Con la misma intensidad y, paralelas a la de estas salas, se desarrollan las actividades de los espacios alternativos donde se dan a conocer las propuestas de los artistas más jóvenes. Esta revisión, sin dudas somera del campo artístico tucumano, nos habla no sólo de una visibilidad con diversidad sino, además, sobre la articulación producción- público que sin dudas se incrementa. El arte, entonces, como supo decir Fermín Fí¨vre, nos lleva a intuir sensiblemente el misterio inacabable del mundo. Sin dudas un aliciente para el campo artístico tucumano.
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