Remataron el fin de una figuración ilusionista que ya había preanunciado Juan Del Prete. Los concretos, tal como se llamaron antes de las disputas y las divisiones, tuvieron en claro que querían ir por la mano contraria del método perspectivista y de la "representación" de la realidad contra lo cual propugnaron la mera presentación y exaltaron la bidimensión del soporte. En medio de todo este huracán la pintura de Alfredo Hlito hizo lo suyo, fue uno de los pioneros de esta movida al firmar en 1941 junto a Girola, Maldonado y Brito el Manifiesto de los 4 jóvenes. Allí se criticaba el sistema de premiación que reinaba por entonces. Solo tres años después se realizaría la exposición de arte concreto organizada por Ignacio Pirovano.
Las obras más cercanas a estos años son las realizadas ya entrados los años 50. En estas pueden verse el germen de sus ideas en favor del plano, del juego de líneas y de formas espiralazas. Privilegiando una composición racionalista, estas obras dan cuenta de la influencia que ejercieron sobre él las ideas de artistas europeos como Max Bill, Vantongerloo, Mondrian, Kandinsky, Moholy Nagy y Gropius que por entonces eran difundidas en América.
A comienzos de la década del 50, Hlito abandona el arte geométrico y prioriza el trabajo sobre el color, tema al que está dedicado el segundo núcleo de obras. Seguramente esto se debió a un viaje que realiza a Europa en 1952; allí, viendo en directo obra de Cezanne y Malevich, entre otros, es sorprendido por sus investigaciones sobre el color. Así es que a su regreso profundiza este tema en su obra tal como puede verse en la Serie Espectro, donde abandona tanto la línea como el dibujo y se vuelca a trabajar con el color acercándose a la técnica puntillista. Los paisajes realizados en 1961 se ubican también dentro de esta línea.
Entre 1963 y 1973, Hlito reside en México y en sus primeros años su producción es escasa. En el 70 sus obras comienzan a poblarse de formas fantasmáticas, probablemente por cierta influencia de las culturas prehispánicas que tanto lo habían deslumbrado. Estas obras son tituladas Efigie, elemento que lo acompañara en sus obras hasta el final de su producción El recorriendo por la exposición nos permite apreciar, paso a paso, la evolución de su obra, de cómo el color gana en importancia y de cómo el artista se atreve a algún tipo de figuración, como sucede en Efigie Observada de 1992. Un video documental sobre la exposición realizada en el Museo de Bellas Artes en 1986 concluye la visita. Hasta el 30 de junio Museo Universidad de Tres de Febrero, Valentín Gómez 4828/38, Caseros
|
|