News Argentina
La desgracia del arte contemporáneo es que siempre hay que estar atento a lo que se viene, casi ni queda tiempo de disfrutar lo que ya está. Y hay otra desgracia aun mayor, los circuitos se ensanchan cada vez más, el 2007 arrancó con la bienal del Fin del Mundo, en junio se avalanchan la Documenta de Kassel, la Bienal de Venecia y los proyectos de Münster (ni hablar de la Bienal de La Paz y la de Cuenca). |
La desgracia del arte contemporáneo es que siempre hay que estar atento a lo que se viene, casi ni queda tiempo de disfrutar lo que ya está. Y hay otra desgracia aun mayor, los circuitos se ensanchan cada vez más, el 2007 arrancó con la bienal del Fin del Mundo, en junio se avalanchan la Documenta de Kassel, la Bienal de Venecia y los proyectos de Münster (ni hablar de la Bienal de La Paz y la de Cuenca). Cuando se corre el riesgo del zapping informativo resulta un sosiego retornar a la historia del arte; el Museo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco ofrece una alternativa, volver a mirar lo que ya conocemos desde un nuevo "display". En la bajada de Suipacha el jardín sigue visitado por pájaros urbanos que no se amedrentan por las torres cada vez más amenazantes, pero que no opacan el pulmón verde de la casa de la familia Noel. La vieja casonaes un exponente de arquitectura neocolonial que nos recuerda cómo vivía una familia culta, refinada y rica: el comedor circular -cuyas ventanas hoy están tapiadas-, con el piso estrellado en un mandala de madera, la capilla, el techo abovedado de la biblioteca que recuerda el sistema constructivo de los barcos que los jesuitas aplicaron a la edificación de sus iglesias. ¿Qué decir del acervo del Museo?, ¿quién se puede cansar de ver una y otra vez la Virgen Niña hilando a mano, luciendo la vincha-que solo su linaje incaico consentía- e ignorando el gato negro que se escabulle entre la orla de flores; o de la Santísima Trinidad coronado a la Virgen de la Merced y representada por tres hombre iguales, ya que los indios no podían entender el sentido de este misterio que fundía en uno al Padre, al hijo y al Espíritu Santo; o de las potencias (rayos divinos) de plata clavadas cual peinetas en un dulce Niño Jesús quiteño que se saca una espina del dedo; o de las pinturas cuzqueñas de producción seriada, con vírgenes adocenadas que se recortaban en el momento que lo solicitaba el devoto? Volver a ver estas obras en un nuevo contexto expositivo es un retorno al sosiego de la historia del arte. Trabajos realizados en el MIFB
El trabajo efectuado por el Museo supone importantes mejoras tales como el cambio de todos los tendidos eléctricos, la renovación de luminarias, la utilización de vidrios de seguridad y soportes museográficos ignífugos, elementos que representan un significativo incremento para la seguridad del patrimonio y el público visitante.
Banco Central de la República Argentina |
Ficha técnica de la escultura de tapa
El Convento de Santo Domingo de Buenos Aires encargó esta obra a un escultor llamado Esteban, a quien en 1800 reconoció adeudarle la factura de la misma. Este dato permitió inferir que debía tratarse de Esteban Sampzon, quien en 1780, había declarado ser "maestro estatuario hace siete años, natural de Filipinas y vivir en el Convento de Santo Domingo" y que, en 1788, se encontraba en Córdoba, donde manifestó ser "escultor de profesión". La inferencia es posible debido a que el único tallista registrado bajo el nombre de Esteban en el Río de la Plata es Sampzon, a la prolongada vinculación de éste con los dominicos y a su probada actividad tanto en Córdoba como en Buenos Aires. |