La Feria Internacional de Arte y Antigüedades, TEFAF, que se desarrolla en la ciudad medieval de Maastricht, Holanda, es la ilusión de cualquier amante del arte porque en ella se encuentra el arte de todas las disciplinas y de todos los tiempos. En su reciente edición número veinte, TEFAF reunió a 215 expositores de 15 países (con los hermanos Eguiguren de Argentina), con 35 mil piezas a la vista con un valor que suma más de mil millones de dólares. Y, según los expertos que siguen de cerca la feria, los precios este año subieron un 50 % con respecto al año pasado.
Es la única feria del mundo en donde cambian de manos tantas piezas de museo. El gran salón vibraba, se sentía el entusiasmo. Se sabe que se vendieron el milenario y pequeño "Tapir" de bronce chino con incrustaciones de oro y turquesa por el se pidió 12 millones; un par de cascos etruscos de bronce del siglo I a.c. por 23.500; un brazo romano de bronce tamaño del siglo II por 92.500; el "Retrato de una joven mujer" (1631) de Jan Lievens, que trabajó junto a Rembrandt, por 12.5 millones; un Picasso de 1936 por 15 millones; sillas actuales de Ron Arad por $458,500; un Claes Oldenburg de 1967 por 1.300 millones. Por esas cosas de la globalización, la pareja que compró el bello "Paisaje italiano con viajeros en un camino" (c. 1650) del holandés Jan Both, por 5.4 millones, estuvo en marzo por Buenos Aires, también mirando arte. (Los valores son mencionados en dólares). TEFAF, que espera al coleccionista serio, a los expertos de los museos, es el único encuentro que lucha por reducir el número de asistentes, lo logró elevando el precio de la entrada a 72 dólares por persona. La oferta es alucinante y la discreción extrema. ¿Se vendieron, y a cuánto, las obras de Brueghel, Magritte, Schiele, Bacon, Renoir, Warhol, las joyas de Van Cleef, los tesoros de Fabergé, la platería peruana, y más, mucho más?
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