La modernidad ha centrado su despliegue en el desarrollo científico tecnológico conformando así un horizonte utópico de emancipación, es decir, dichos avances cimentarían el espacio de liberación del hombre.
Algunas voces se han alzado para denunciar esta experiencia como distópica, como opuesta a este ideal redentor, viendo como resultante una mayor enajenación.
A pesar de esto, el incesante avance científico tecnológico no se ha detenido, casi podríamos decir que, en la actualidad, no existe esfera que no haya sido colonizada por lo tecnológico. De allí que, nuevamente, posturas celebratorias y críticas se vean enfrentadas.
El arte no ha estado ajeno a este proceso. El mismo ha conformado un vector de su desarrollo ha partir de un área de confluencia con la ciencia y la tecnología. Basta citar el advenimiento de la fotografía, del cine, del video, de la imagen digital y más recientemente de la robótica o de la biotecnología.
Pero el campo artístico ha desarrollado dos vías no excluyentes que ponen en escena la reflexión sobre lo tecnológico. Por una parte asumiendo los desarrollos de la técnica ya descriptos y, por otra, volviendo tema de sus obras a las tensiones provocadas por los avances científico tecnológicos.
"NEGATEC", la muestra que tiene a Luis Camnitzer como curador invitado y a Patricia Hakim como co-curadora, asume fructíferamente esta doble condición dialogal entre tema y dispositivo.
Las obras de Wim Delvoye (dibujos preparativos para su obra "Cloaca") y de Mika Rottenberg ("Masa de pan", video) comparten cierto sentido irónico-siniestro a la hora de poner en escena las características de lo maquinal.
La crítica a lo serial, propio del fordismo, aparece en el video "La perseverancia y cómo desarrollarla" de Jenny Perlin, en tanto que en "NASDAQ Vocal Index", Ola Pehrson, juega sonoramente con las subas y bajas de la bolsa interpretadas por un coro profesional.
"La castidad"explora el amor platónico en un ambiente propicio para la sexualización de las relaciones, pero en el cual todas las comunicaciones están mediadas, tal como señala Camnitzer, curador de la muestra, a propósito de la obra de Roberto Jacoby y Syd Krochmalny.
En tanto que la ironía vuelve a presentarse en los trabajos de los Yes Man y del Critical Art Ensemble. Los primeros con un registro videográfico en el cual, a través de la retórica del establishment, proponen una solución extrema a los problemas del hambre en el Tercer Mundo. El CAE se apodera del dispositivo de los medios masivos de comunicación para producir una inversión de sentido.
No exenta de ironía se presenta "República de Refugiados" de Ingo Günther, pasaportes de un país ficticio que tensionan la idea tradicional de estado-nación. La otra obra que presenta el artista expone cierto sentido prometeico al otorgarle vida a caparazones de cangrejos a través del acoplamiento de motores.
Oswaldo Maciá presenta "Rodeado de lágrimas" una "sinfonía-instalación" creada a partir del registro de lamentos alrededor del mundo, obra cercana a las teorizaciones de Susan Sontag en "Ante el dolor de los demás". En tanto que, Alfredo Jaar exhibe los avances del proyecto para la web que permitiría realizar donaciones a zonas en crisis, en especial del Africa.
Las implicancias de lo tecnológico en tanto dispositivo son el eje del trabajo de Martina Fischer y de Liza McConnell. Para Fischer, la dualidad expansión/retensión aparece como constitutiva de la técnica, para McConell, esta aparece como enmascarada en cierto halo de complejidad que su propia factura desmiente. Lo dual también aparece en la obra de Iñigo Manglano-Ovalle pero esta vez en clave de peligroso/inofensivo que funde la sonoridad de una lluvia de balas con el paragüas construido en Kevlar. "NEGATEC", una necesaria oportunidad para presenciar diversas posturas críticas que, desde el campo del arte, se pronuncian frente a una espacio tecnológico que, irreversiblemente, se expande. Hasta el 27 de mayo, en Espacio Fundación Telefónica, Arenales 1540 ......................................................................................
NEGATEC Por Luis Camnitzer, curador invitado
No se puede negar que el progreso técnico introduce un mejoramiento en el nivel de vida, pero también es evidente que fomenta la enajenación. Estamos viviendo cambios con un impacto similar al que tuvo la Revolución Industrial en el siglo XIX, aun si los efectos son distintos. Igual que entonces, hay una identificación entre la idea de progreso y el desarrollo tecnológico, y también, igual que entonces, se producen movimientos de resistencia que buscan asegurar una justicia social. Los artistas presentados en NEGATEC no tienen una posición negativa, pero sí crítica frente a la tecnología. (fragmento de texto de catálogo)
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