Un espacio para el convencionalismo y la indagación

El campo de las artes plásticas, en San Miguel de Tucumán, bien podrí­a ser imaginado a través de un esquema arborescente. En él coexisten, por cierto, escenas antagónicas. Mientras unos se atienen a los modos y medios convencionales; los otros no cesan en sus indagaciones. Todo espacio de visibilidad cultural, supone la vigencia dinámica de la institución del arte. Según Peter Bürger, esta supone no sólo un aparato de producción y distribución del arte sino también el empleo de ideas que sobre el arte dominan en una época dada. El caso es qué pinturas, dibujos y esculturas son algunas de las posibilidades a las que apelaron artistas como Tito Quiroga, Donato Grima, Kely Romero y Aní­bal Fernández entre otros. Ellos, se dirí­a, coparon la escena local. Parece ser que los circuitos de exhibición y mercado, antes destinados en su mayorí­a a los artistas emergentes, ya no pueden contenerlos. Esta variante, respecto de años anteriores, evidencia ciertos desplazamientos en el campo. Por su parte, el grupo emergente, que mantiene una actividad constante, circula por salas alternativas a la vez que está reinstalando la "producción tucumana" en la escena nacional. A través de un gesto flexible frente a medios y modos, participan en eventos nacionales e internacionales como el encuentro de arte Estudio abierto, la muestra de arte urbano Corazones vivos y la Muestra Euroamericana de cine, ví­deo y Arte Digital (MEACVAD), entre otros. Todo lo consignado da cuentas, evidentemente, de cómo se rescribe el campo de la plástica en Tucumán.