News Argentina
El Cabildo Histórico de la Ciudad de Córdoba, que durante muchos años fue la central de policía y, en la época de la dictadura centro de detención y tortura, es desde hace mas de diez años un espacio que alberga diversas actividades vinculadas al quehacer cultural. |
Saber Clandestino El Cabildo Histórico de la Ciudad de Córdoba, que durante muchos años fue la central de policía y, en la época de la dictadura centro de detención y tortura, es desde hace mas de diez años un espacio que alberga diversas actividades vinculadas al quehacer cultural. Recorrer las salas del Cabildo y visitar la muestra del artista Eduardo "boyo" Quintana es un justo homenaje a la memoria; y ese lugar que otrora sirvió para callar voces y truncar ideales hoy alberga las obras que con tono crítico, despojado de tendencias mórbidas, habla simplemente de hechos que suelen ser tan letales como las armas "no digan lo que piensan, no se metan, no sueñen, no discutan, no corran, no griten...". En sus obras se puede apreciar el oficio del grabador, oficio que aprendió en Brasil. Los relieves en madera a modo de tacos de grabado de gran formato con intervenciones monocromáticas manifiestan el dominio de esta técnica. Las instalaciones, procedimientos mixtos de mediano formato son un fuerte alegato de cómo promover la ignorancia. Boyo comenta en un diálogo con Remo Bianchedi: "Crecí en una época de libros quemados, enterrados, escondidos, un mundo de ideas negadas, desmentidas, sospechadas". Los que han transitado esa época y las nuevas generaciones podrán apreciar que esta muestra mantiene la memoria e invita a la reflexión. Como corolario, se puede señalar que no tener memoria contribuye a convalidar lo acontecido. Hasta fines de noviembre se podrá visitar la exposición PASIÓN POR LA PINTURA Pasión por la pintura es la definición que identifica al novel artista Marcos Acosta, quien está realizando sus primeros pasos y acaba de presentar en el Centro de arte Contemporáneo Chateau Carreras una exposición con mas de cincuenta obras de gran formato. Veinticinco años y un continente de pasiones y expresiones fluyen sin concesiones por las telas con un manejo del dibujo, una soltura en el trazo del pincel y un acertado domino del color. Habla con orgullo del maestro y el repeto por la historia y considera: "el dibujo, el grabado, las técnicas antiguas me conectan con el pasado, me transmiten conocimientos ancestrales". Sin necesidad de encasillarlo en algún "ismo" Acosta afronta diferentes temáticas donde la crítica descarnada, poco complaciente de una realidad cotidiana se plasma en la tela que es el nexo entre sus pasiones y emociones con el mundo exterior. El paisaje, agreste, visceral, contiene a personajes recurrentes, mujer y animal, hombre y sexo, comenta en su catálogo: "La idea del monstruo, de lo inmanejable aparece aquí. No se sabe quién domina la situación, si la bestia o la chica" este pensamiento juega un paralelismo con la serie Reflexiones sobre el poder y agrega: "Descubro que lo que moviliza al hombre hacia el poder es el sexo, lo mas animal nuestro. Las sociedades, las estructuras humanas tienden a reprimirlo porque es peligroso, habla de lo que realmente somos y para las estructuras de poder no podemos saber lo que somos". El recorrido es largo y el comienzo auspicioso. Respeto por la pintura, orden y abnegación son los indicadores que Acosta traza para su futuro. |