News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
MUESTRA DE LA SEMANA
Annemarie Heinrich - Tabaris
por Cecilia Fiel
MUESTRA DE LA SEMANA
 

Es casi como estar bajo un "cielo estrellado". Por un lado, brillan las estrellas del teatro Tabaris y del Casino retratadas por Annemarie Heinrich. Por el otro, las estrellas plateadas que cuelgan del techo -o cielo- de Galerí­a Vasari, toque singular para dar comienzo a una nueva función.

Es casi como estar bajo un "cielo estrellado". Por un lado, brillan las estrellas del teatro Tabaris y del Casino retratadas por Annemarie Heinrich. Por el otro, las estrellas plateadas que cuelgan del techo -o cielo- de Galerí­a Vasari, toque singular para dar comienzo a una nueva función. Esta vez, en un total de 20 obras realizadas entre 1935 y 1950 aparecen fotografiados las estrellas del espectáculo porteño de aquellos años: Sara Rivero, Xenia Monti, Ada Kristel, Inés York, entre muchos otros que fueron capturados para la eternidad por la lente de Heinrich.
Este tipo de fotografí­as tiene su antecedente en la obra de esta fotógrafa, cuando en 1933 comienza a retratar a artistas y músicos del teatro Colón.
Nacida en Alemania en 1912 y radicada en Argentina a los 14 años, Heinrich realiza su carrera artí­stica paralelamente al desarrollo del cine y de la radio. Sus fotografí­as aparecieron por décadas en medios gráficos como Sintoní­a, Radiolandia y Antena. Sin duda sus obras son testimonio de toda una época y en este caso, de un Buenos Aires caracterizado por su vida nocturna y la presencia de una clase social acomodada. Y el Tabaris fue por entonces, el lugar a donde acudí­a esa clase social que querí­a mostrarse y ser vista, era un cabaret por demás selecto.
Según Juan Travnik, el tono de estas fotografí­as "bordea el desprejuicio y lo kitsch, trata de avanzar en territorios que no transitó con frecuencia. En algunas, propone un aire icónico propio de fotonovela. En otras deja entrever cierto trazo de la historieta".
Actuando, bailando o simplemente posando para la cámara, las fotografí­as presentan toda una composición. El juegos de luces y sombras -a veces de corte expresionista- es quizás su rasgo más sobresaliente apreciables en obras como El reloj o La araña. Ambas fotografí­as presentan una puesta artí­stica evidenciando el gusto que tení­a Heinrich por la escenografí­a. Para el que quiera recordar el glamour del Tabaris todaví­a hay tiempo hasta el 17 de noviembre.

Hasta el 17 de noviembre, en Galerí­a Vasari, Esmeralda 1357

 

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