A diferencia de los artistas locales que entonces miraban hacia Europa, Gertrudis Chale (1898-1954) buscó sin complejos poder dibujar y pintar el paisaje y el hombre americano, como salta a la vista en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero (MUNTREF).
Interesante proceso de esta artista que había nacido y vivido, estudiado y expuesto en Austria, emigrando a la Argentina en 1934 a causa del nazismo (doblemente problemático para ella por su ascendencia judía).
Gertrudis Chale. El "estar" de América es una exposición antológica que inicia su recorrido con dos obras "europeas" y que continúa con una serie de dibujos, grabados y pinturas realizadas durante sus viajes por todo el país y por Uruguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, México. Curada por Raúl Santana, el título de la exhibición alude a que "el viaje de Gertrudis Chale desde su Viena natal (...), fue un viaje desde el 'ser' (...) hasta el 'estar' como diferencia ontológica".
Así, su "estar" en América se transforma en un apasionamiento por el universo indígena, que juzga esencialmente similar en todo el continente. "Viví con honda emoción inolvidables imágenes de la vida popular y mística del indio. Compartí sus fiestas en más de una ocasión, quedándome a veces cinco o seis días entre ellos, bailando, bebiendo y (...) dibujando y fotografiando cuanto más podía, a veces bajo la lluvia y el frío más intenso".
Instalada en Quilmes, entonces lindante con el campo, Chale conoció tanto la ciudad como el paisaje bonaerense, con su inmensidades y soledades, cualidades que supo pintar tanto en sus vistas de llanuras como en las de montañas. Hay algo de surreal en sus pinturas de personajes solitarios y construcciones erigidas (y destruidas) en el medio de la nada, pero también cierto expresionismo enalteciendo a los pueblos originarios. Sus figuras miran al espectador sin sonreír. ¿Chale protesta e intenta la reivindicación social de los postergados de la tierra?
Las tintas fueron, mayormente, realizadas durante sus viajes. "Para mí pintar es como escribir un diario. Es devolver un exceso de paisaje en mí, el resultado de un estallar de una parte de mi ser", apuntó en alguna carta. "Soy nómade de nacimiento y por herencia. (...) Yo en mis libros de primera infancia escribía bajo mi nombre: viajera. (...) De Austria me fui temprano y disfrazada de muchacho viajé (a menudo a pie) conociendo el paisaje europeo por el lado de Alemania y Suiza". Luego, residió en Francia y España. Murió viajando, cuando su avión se estrelló en La Rioja, quedando unida al amado paisaje para siempre. Poco antes, durante 1954, pintó junto a Juan Battle Planas y Luis Seoane, la cúpula de las Galerías Santa Fe, en la Avenida Santa Fe.
La muestra en MUNTREF despliega parte de la obra realizada en sus breves 20 años americanos y permite dar a conocer a una artista poco difundida. Se encuentra en la línea de muestras que, salvando las diferencias, recuperan a artistas de la Argentina como las recientes dedicadas a Guttero en Malba, Spilimbergo en Espacio Imago, Daneri en El Puente Galería de Arte, Malharro en el MNBA y Lazzari en el Fernández Blanco. Si para algunos su celebración del indigenismo resulta folclórica y reduccionista, para otros la pintura de Chale resulta inolvidable y anticipa el trabajo de otros afamados artistas locales. Pasen y vean, hasta el 31 de diciembre. Hasta el 31 de diciembre, en el MUNTREF, Valentín Gómez 4828, Caseros. De lunes a sábados de 11 a 20 hs.
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