La larga y prolífera trayectoria de Juan Carlos Liberti puede contemplarse en la actual exposición del Museo Nacional de Bellas Artes, en la que un variado conjunto de obras pertenecientes a distintas series, nos conducen por un mundo donde priman los ensueños sobre la razón.
Esta exhibición, planificada por el anterior director del museo Arq. Alberto Bellucci, es representativa de la diversidad de estilos y nombres que caracterizaron su gestión. Así como tuvieron lugar en otros momentos, importantes fotógrafos y artistas conceptuales, hoy también puede mostrarse a un pintor ligado a las vanguardias históricas y a la tradición artesanal del trabajo al óleo sobre tela. Con varias referencias u homenajes a grandes maestros del Surrealismo, las obras de Juan Carlos Liberti evocan el clima onírico propio de ese movimiento, sin embargo es necesario aclarar que los elementos que Liberti reúne para realizar sus composiciones, no provienen de una vertiente de descarga automática que casi siempre bordea el límite de la abstracción lírica, sino que se inclina hacia las imágenes de ensueño.
Para realizar sus composiciones, reúne elementos que no son necesariamente disímiles al estilo de la célebre frase del Conde de Lautreamont: "bello como el encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección", sino más bien emplea una equilibrada observancia a la afinidad temática. Liberti aglutina diferentes objetos que poseen entre sí un sentido común, creando en el conjunto una delicada poética de la imagen. No hay una estética del absurdo, sino un clasicismo de impecable factura. Su habilidad técnica se manifiesta tanto en los trabajos con óleo o témpera, como en los dibujos a lápiz retomando su antiguo oficio de ilustrador. Su paleta es versátil, utiliza todas las tonalidades que ofrece el color, no obstante cada serie tiene una gama propia que la caracteriza.
Liberti nos transporta a su mundo de formas y colores con obstinado refinamiento. Así como podemos encontrar influencias de los grandes maestros del Surrealismo como Magritte, Dalí o Max Ernst y de la pintura metafísica de De Chirico, también sobrevuela el espíritu de pintores locales como Miguel Caride, Roberto Aizenberg y Juan Batlle Planas. Esta unión entre maestros de la imagen internacional y nacional se hace presente además en el mundo literario cuando acompaña con sus ilustraciones los escritos de Jorge Luis Borges y William Shakespeare. La muestra Liberti, 40 años de Surrealismo en el MNBA, permite contemplar las diferentes temáticas y la amplitud de su recorrido plástico. Hasta el 22 de septiembre, en el MNBA, Av. del Libertador 1473
|
|