Las posibilidades actuales de realizar productos artí­sticos con una insospechada variedad de elementos técnicos, sin duda han modificado y diversificado las tareas creativas de los artistas. Zulema Maza es una curiosa e inquieta investigadora de todo aquello que aporte nuevas formas de allanar el camino entre la sensibilidad y la representación. En esta oportunidad, está exponiendo en la Fundación Mundo Nuevo, más de treinta obras pertenecientes a distintas Series, pero con un denominador común en cuanto a la técnica empleada. Con una importante trayectoria en el grabado, la artista incursiona en el desarrollo de nuevas formas de expresión incorporando fotografí­as intervenidas digitalmente junto al empleo del grafito y la pintura. Estas novedosas maneras de expresión realizadas con excelencia técnica, nos hablan de una artista versátil siempre a la vanguardia de nuevas experimentaciones en el campo de las artes visuales. Si bien las Series son diferentes, se observa una amalgama entre la condición femenina y la naturaleza botánica propiamente dicha. De esta manera, en algunas obras se yuxtaponen figura e invernadero, posiblemente en alusión a la preservación artificial de la belleza femenina. Comienza entonces un extraño juego de fusiones y transparencias en las que la irrealidad parece consolidarse en una nueva realidad plástica o realidad virtual. Los rostros que elige Zulema para representar, son rostros delicados, enigmáticos, en los que habita una expresividad gélida. Del mismo modo, una sucesión de mujeres, una serialidad de ellas similares entre sí­, transitan el mundo glamoroso de la moda. No hay cuerpos, sólo ficción para la ornamentación, pura exterioridad.
Producidas para una vida de pasarela, parecen flotar sobre el blanco del papel. No hay más datos visuales para leer que la cobertura de su corporalidad, ésta última vací­a. Por momentos cambia la visión de abordaje e imprime sobre el pecho femenino una tupida arboleda. ¿Propone el invernadero como aquello femenino que salvaguarda lo interior?, ¿puede la mujer salir de la artificiosa producción y expresar una correspondencia con lo natural? De esta manera, podemos descubrir tal vez, la sutil relación que nos propone la artista al unir imágenes de apariencia disí­mil. El invernadero podrí­a ser el equivalente a la calidez interior, las semillas del alma en latente estado de hibernación. El aposento inundado de luz se convierte en un espacio de protección, cubierto y abrigado, en otras imágenes lo presenta como un bloque oscuro en medio de la naturaleza, cambiándolo por ataúd. Las obras exhibidas fueron realizadas en blanco y negro y en la que los grises realzan y matizan la delicada factura de su ejecución.
Zulema Maza nos propone un acercamiento reflexivo al universo femenino a partir de su personal manera de abordarlo, articulando calidad técnica y delicada estética con pensamiento crí­tico.

Hasta el 4 de septiembre en Fundación Mundo Nuevo, Av. Callao 1870, P. B.