Más que una pintura bien podrí­a ser un plano fotográfico. Un hombre y dos mujeres caminan por la playa y se acercan hacia nosotros. Esta es la escena y asi dicho pareciera que la obra representase esto y concluyera allí­. Pero las obras de Rita Fischer son mucho más que eso. Alrededor de 10 pinturas más un polí­ptico realizado ví­a impresión fotográfica la obra se constituye en el cruce de dos soportes. Caza Curioso, un giro original del "formato cuadro"
Las imágenes que presenta Fischer, artista uruguaya residente en Parí­s, son tomadas al azar de libros, diarios y revistas o producidas por la misma artista. Estas son copiadas a la tela y pintadas con óleo y tintas; pero hasta aquí­ solo una parte del trabajo. A unos pocos centí­metros del soporte la artista coloca un tejido transparente al que pinta queriendo completar lo realizado sobre la tela. Así­ es que casi como aquélla ventana abierta al mundo el ojo experimenta la tridimensión.
El tejido primeramente funciona como velo de lo que ha quedado detrás, en la tela, pero al mismo tiempo la completa. Si bien aquél obstaculiza la visión de la tela al mismo tiempo gana en presencia ya que es a través de él que vemos lo que ha quedado en segundo plano. De esta forma, la obra "se concluye" en el momento en el que se condensan, o quizás corresponda decir se "cazan", las dos imágenes.

Cierra el 17 de agosto en Galerí­a Vasari.