Jorge Macchi (1963) es el artista argentino actual más solicitado internacionalmente. Hace veinte años empezó una carrera en la que lentamente fue madurando una imagen. Desde sus inicios con sus cúpulas pintadas hasta los recortes de diarios de hoy, hay un hilo conductor que se reitera, es la evidencia de la ausencia. Dos obras suyas forman parte de la Tate Modern de Londres. Representó a la Argentina en la Bienal de Venecia el año pasado. En la edición de la Bienal de San Pablo 2006, que se inaugura el 7 de octubre, eligieron una obra suya como imagen institucional del evento internacional.
Arte al Día: ¿En qué consiste su presencia en la Bienal de San Pablo? Jorge Macchi: Este año, a diferencia de otras bienales, no hay envíos nacionales. Hay un curador general, que es Lisette Lagnado y un equipo curatorial de otros cinco curadores, entre los que están Adriano Pedrosa y Rosa Martínez, que el año pasado fue curadora de la Bienal de Venecia. Este equipo seleccionó a Eloísa Cartonera y León Ferrari. Mi participación no es con obra en el pabellón. Estoy presente con el diseño del afiche, que fue elegido por concurso. Daban el nombre de la Bienal, que es "Cómo vivir juntos". Yo mandé una propuesta de imagen, un detalle de la obra "Speaker's Corner". Y gané el concurso.
AAD: Un detalle de su obra será entonces la imagen institucional de toda la Bienal. Es la tapa del catálogo y la gigantografía que marca el ingreso al predio en el Parque Ibirapuera. ¿Cómo eligió esa imagen? JM: Yo diseño afiches para obras de teatro. El año pasado hice el del Festival Internacional de Teatro en Buenos Aires. Cuando pienso una imagen para un afiche trato de que no sea ilustrativa del evento y que de alguna manera pueda abrir nuevas lecturas.
AAD: Como la del Festival del Teatro, no hay ninguna relación con la imagen del reloj. JM: El tema es que del encuentro entre esta imagen y el evento inevitablemente uno empieza a establecer nexos.
AAD: Como la frase del Conde de Lautréamont que usaban los surrealistas: "Bello como el encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de escribir sobre una mesa de disección". JM: Algo así. La interpretación que hicieron fue "despiértese que llega el festival". Yo nunca pensé eso, pero de alguna manera esa imagen está relacionada con el evento aunque tal vez nadie sepa bien por qué.
AAD: En el caso de la Bienal me parece que es más ilustrativo. JM: No sé, ¿por qué lo dice?
AAD: Porque en "Speaker´s Corner" hay mucha gente junta hablando y el tema es vivir todos juntos. JM: No, son muchos discursos juntos, no hay gente. Y lo que me parece que está pasando en esa obra es que hay una situación un poco paradójica, porque hay muchos discursos juntos, pero están sólo las comillas, el contenido del discurso está ausente. Entonces por un lado es la convivencia de esos discursos y por otro lado la vacuidad de los mismos. Al estar ausente el texto de cada frase y dejar solo las comillas, todos los discursos están al mismo nivel. Es un poco ambivalente.
AAD: Como lo que está pasando hoy. JM: No, yo no tomaría partido en ese sentido, no me interesa.
AAD: ¿Y cuál es su interés? JM: Mi interés es que me gusta la imagen y la relación que existe con el título de la Bienal.
AAD: Usted participa también en una edición que está haciendo la Bienal. JM: Sí. Esta Bienal tiene la particularidad de empezar unos meses antes con la participación de artistas residentes. Y todos ellos harán trabajos que serán publicados en un libro donde estará la imagen de una obra mía, que hice especialmente. Son tres páginas superpuestas de una guía de calles de San Pablo. En cada página hay un cementerio. Vacié todas las manzanas en las tres páginas y dejé solo los cementerios.
AAD: ¿Cómo empezó a trabajar con periódicos? JM: Entre 1996 y 1997 estuve en Europa. Cuando llegué a Inglaterra estaba convencido de aprender inglés. Empecé a leer libros y diarios en inglés. Entonces comencé a notar las noticias de asesinatos y policiales, me llamaban la atención, y las juntaba. Con ese material hice la versión "Música incidental" que está ahora exhibida en la colección permanente en la Tate Modern de Londres.
AAD: Y comenzó a juntar otros textos como los obituarios. JM: Pasa algo que no es solamente el texto, sino la relación entre ese texto y el soporte. El diario es un material de deshecho, se lee una noticia y ya el diario es viejo, o se lo tira.
AAD: Toma el deshecho y lo transforma en una obra de museo. JM: Creo que hay un hilo conductor en toda mi obra, esa transformación de lo marginal o lo que se deshecha, como en un inicio usé maderas y chapas. Las historias que tomo de los diarios también son desechables, porque son historias que uno lee e inmediatamente después las va olvidando. En las noticias de crímenes hay varias frases que se repiten, como "un charco de sangre".
AAD: Usa mucho la figura del doble, me refiere a "Vidas paralelas" y "Doppelgí¤nger". JM: La palabra Doppelgí¤nger se refiere a la idea del doble y al mito de que si uno encuentra a su doble, muere. Es una idea romántica. Hay un texto de Poe sobre eso.
AAD: ¿Usted definiría lo suyo como un arte conceptual romántico? JM: Eso lo relativizo un poco. Uso materiales que son del arte conceptual, pero mi acercamiento es romántico.
AAD: Hay una vertiente del arte conceptual que considera que un proyecto es una obra, ¿qué piensa al respecto? JM: No estoy de acuerdo. El proyecto de una obra, es un proyecto. La obra es la materialización de ese proyecto. Perfil Nació en Buenos Aires en 1963. En 1987 egresó de la Esc. Nac. de Bellas Artes. Realizó muestras en el MAMBA, la Universidad de Essex (Inglaterra) y en el Museo de Arte Contemporáneo de Amberes (Bélgica). Participó en las bienales de La Habana, San Pablo y Venecia. En 2001 obtuvo la beca Guggenheim. Vive y trabaja en Buenos Aires.
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