...y el granizo nos sorprendió a todos.
El cielo se oscureció de pronto, hizo un silencio profundo y, sin demasiado reparo, nos arrojó su furia. El alerta meteorológico sonaba distante y poco creí­ble. Lo cierto es que el granizo pasó dejando su recuerdo, sus destrozos y, finalmente, el demorado invierno.
Y, sin embargo... desde algún rincón se hizo la Luz.
Con mas de 300 muestras a lo largo de todo el paí­s, la nueva edición del Festival de la Luz, feliz iniciativa empujada -no sin esfuerzo- por Elda Harrington y Alejandro Montes de Oca, celebra y pone en primer plano una de las tendencias más populares del arte contemporáneo: la fotografí­a. Durante dos meses tendremos la oportunidad de visitar muestras, encuentros y talleres...
Con 100 velitas celebramos, en el Malba, la fecunda y productiva vida de Horacio Coppola, un auténtico artista que con su mirada y su cámara retrató más de un rincón de Buenos Aires. El movimiento Madí­, -otro producto muy nuestro- cumple 60 años y lo celebra con una muestra y una caminata por la calle Florida.
El Museo de Arte Contemporáneo de Rosario desembarca en Buenos Aires para acercarnos buena parte de su patrimonio. Un patrimonio logrado en el 2001, uno de los momentos más difí­ciles de la Argentina, gracias a la creativa visión de un gestor: Fernando Farina, al compromiso de la Fundación Castagnino, la Secretarí­a de Cultura de la Ciudad de Rosario y la Fundación Antorchas y a la generosidad de cada uno de los 400 artistas que -a cambio de una suma simbólica de $500- donaron una de sus obras más representativas. Otro motivo para celebrar.
Celebramos también la extraordinaria muestra de Juan Carlos Distéfano, un artista que con su mirada crea conciencia. Porque en un mundo de incertidumbres como en el que vivimos, cuando el diálogo pareciera que se termina, cuando los fanatismos avanzan de uno y otro lado, cuando todo lo seguro deja de serlo, debemos estar atentos a nuestra propia esencia. En algún rincón se encenderá la luz y encontraremos motivos para celebrar. Siempre.