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Mientras el mercado internacional se conmocionaba con los 135 millones de dólares pagados por una figura femenina de Gustav Klimt, en Buenos Aires el centro de la escena fue para Raquel Forner, de quien Arroyo vendió una pintura en más de 400.000 pesos |
Mientras el mercado internacional se conmocionaba con los 135 millones de dólares pagados por una figura femenina de Gustav Klimt, en Buenos Aires el centro de la escena fue para Raquel Forner, de quien Arroyo vendió una pintura en más de 400.000 pesos. Dama I: Adele, por Klimt Aún cuando la operación no se registró bajo las luces de una tarima pública, la muy bien comunicada venta del retrato que Gustav Klimt hizo en 1907 a la vienesa Adele Bloch-Bauer vino a consolidar al 2006 como un año de oro en el mercado del arte. La alta trascendencia de este registro, a través de los 135 millones de dólares que costó la obra a Ronald Lauder, su nuevo propietario, y las circunstancias entre sentimentales y trágicas que la han rodeado en sus casi cien años de existencia, han sumado para convertir a esta pintura en un ícono que desde el 13 de julio moviliza multitudes hasta la neoyorquina Neue Galerie, su nuevo hogar. "Esta será nuestra Mona Lisa", señaló con precisa claridad el visionario Lauder al justificar su cuantiosa inversión. La historia de la relación entre este empresario y la que hoy es la pintura estrella de su colección merece la pluma de un novelista. Hombre del "Gran Old Party", el hijo de Estée Lauder se enamoró del retrato de la dama cuando en los años de la era Reagan sirvió a los Estados Unidos como embajador ante el gobierno austriaco. Sus visitas a la galería Belvedere le hicieron conocer, y desear, a la dorada imagen de una mujer que fue un símbolo de los primeros y glamorosos años del siglo XX. Los brillos con que Klimt rodeó a Adele atrajeron años más tarde a las jerarquías del nazismo enseñoreado en Viena, quienes aprovecharon las raíces judías de los Bloch-Bauer para confiscar la pintura. Concluida la épica trágica de la II Guerra Mundial, los descendientes de esta familia iniciaron una larga lucha judicial para recuperar esta y otras obras que quedaron en poder de la burocracia vienesa. Tras un proceso que recién culminó en enero de este año, un tribunal de los Estados Unidos falló contra el gobierno de Austria, y éste se allanó a devolver a Marie Altman, sobrina de Adele y residente en California, las pinturas reclamadas. La dama sobre lienzo cruzó el Atlántico y este fue el turno de Ronald Lauder, quien en el interin había creado en Nueva York, en la estupenda casa de los Vanderbilt frente al Central Park, un magnifico museo dedicado al arte de Alemania y Austria de finales del siglo XIX y principios del XX. Afanes de varón enamorado, hizo algo así como preparar la más adecuada residencia para la pintura de sus amores. Sólo hizo falta entonces poner, uno sobre otro, los 135 millones requeridos por la Sra. Altman. Su pasión de coleccionista le impidió cualquier vacilación. La operación se cerró entonces entre los vítores de una opinión pública siempre sensible a éxitos y records. Dama II: Vanidad, por Forner
Mientras tanto en Buenos Aires correspondió a Arroyo el presentar el remate que lleva, hasta el momento, el plusvalor de la temporada. Programada a partir de la colección Haouret, en la que destacaban pinturas argentinas, latinoamericanas y europeas, así como muebles, alfombras y tapices, platería y objetos de arte oriental, la venta tuvo sus valores mayores en las pinturas que se consignan en la planilla adjunta. Muy buenos precios, sin duda, que en ciertos casos superaron largamente las expectativas más optimistas. Pero las luces más altas fueron las que iluminaron la estupenda figura femenina que Raquel Forner pintó en 1949 y que tituló "Vanidad". Concluido el ciclo trágico que se inició con la Guerra Civil española y que finalizó en 1945 con la paz tras el fin de la II Guerra Mundial, nuestra artista, que había puesto en desgarradoras imágenes todo su sentir ante el horror de ambas contiendas, dulcificó su gesto, adaptó su discurso a los duros, pero esperanzados, tiempos que corrían y generó obras como esta "Vanidad" que hoy nos ocupa. Aún restan en el cuerpo de la modelo algunas laceraciones, aún habitan en la composición algunos fantasmas del pasado tan cercano, pero hay en la exhuberancia del tocado, en los brillos polícromos del collar y en las simbólicas plumas de pavo real un toque de nostalgiosa calidez que alcanza su clímax en la enigmática sonrisa de la figura. VALORES MÁS ALTOS EN LAS SUBASTAS DE JUNIO DE 2006
1) BANCO CIUDAD (1º de junio)
2) INDIGO (1º de junio)
3) ROLDÁN (6 de junio)
4) ARROYO (14 de junio) |