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Reconocido en el mundo y popular en su lugar de origen, Fernando Botero (Medellín, 1932) es el artista vivo más cotizado de América latina y uno de los más representativos de Colombia. Su obra ahora se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes, de la mano de un productor privado aunque avalado por el Museo Nacional de Colombia, a quien Botero donó esta serie dedicada a condenar el aparentemente interminable espiral de violencia que azota a su país. |
Reconocido en el mundo y popular en su lugar de origen, Fernando Botero (Medellín, 1932) es el artista vivo más cotizado de América latina y uno de los más representativos de Colombia. Su obra ahora se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes, de la mano de un productor privado aunque avalado por el Museo Nacional de Colombia, a quien Botero donó esta serie dedicada a condenar el aparentemente interminable espiral de violencia que azota a su país. Reconocido en el mundo y popular en su lugar de origen, Fernando Botero (Medellín, 1932) es el artista vivo más cotizado de América latina y uno de los más representativos de Colombia. Su obra ahora se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes, de la mano de un productor privado aunque avalado por el Museo Nacional de Colombia, a quien Botero donó esta serie dedicada a condenar el aparentemente interminable espiral de violencia que azota a su país.
La muestra, "El dolor de Colombia en los ojos de Botero", logra trasuntar la desazón del artista por esta situación, a pesar de utilizar esa pintoresca figuración, entre costumbrista e ingenua, -que en sus comienzos era más grotesca que amable, aunque igualmente ahora da cuenta de su conocimiento de la historia del arte- que lo hizo famoso. Pero es que la brutalidad data por lo menos de 1948, cuando cayó asesinado el líder liberal Jorge Eliecer Gaitán, gatillando el estallido popular que se extendió por el resto del país conocido como "Bogotazo", con un consecuente baño de sangre que se cobró al menos 300.000 vidas en los años siguientes. Ahora Botero alude a la violencia contemporánea, la de la guerrilla, los paramilitares y los narcotraficantes, con la consabida secuela de miles de víctimas fatales y deudos traumatizados, pueblos arrasados y civiles desplazados, emigrados. Hasta el 13 de agosto en MNBA, Av. del Libertador 1473. |