Nota publicada online
Jorge Miño es un artista polifacético e incansable investigador, si bien utiliza la fotografía como técnica para representar su obra, no lo define. Se fascina modelando las imágenes: las retuerce, busca las diferentes entradas y salidas; juega con los mega pixeles desdoblando y multiplicando esa misma imagen que ya no es la misma. Se apropia del puntillismo pictórico o del dibujo y lo imprime en una imagen. Explora diferentes soportes para entregar la obra. Puede imprimir en papel de algodón o sobre placas de aluminio para crear el impacto adecuado; trabaja calando las fotografías en resmas de papel; o sobre la seda natural donde el cemento se vuelve sutil.
Desde Arte Online compartimos sus reflexiones en estos tiempos de introspección obligada
"Durante la cuarentena decidí re plantear muchas cuestiones internas en mi trabajo, en especial modos y formas de representatividad, conceptos de ideas e incomodidades que me surgen con mi obra últimamente, es buen tiempo de reflexión. Me interesa la incertidumbre y lo espontáneo, no especulo ni grado nada, todo se experimenta mientras se me atraviesa por mi cabeza.
Tengo la necesidad de estar conectado con la naturaleza, creo que sin saber lo que nos iba a pasar en estos tiempos, arme mi propio universo intimo y lo comparto con mis plantas, disfruto del jardín, me gusta ver el color del sol en el otoño, y las plantas están explotando de belleza, eso me hace bien y me da energía diariamente.
Siento que parte de mi personalidad es poder estar con la gente que me hace bien, los amigos y la familia se extraña mucho poder estar compartiendo un mismo espacio en común, eso realmente extraño.
La cuarentena no es en mi caso motivo de trabajo en particular, el sentimiento de encierro no genera en mi inspiración de una obra. EL trabajo diario hace que se presenten posibilidades de obra, muchas veces con un muy buen resultado y muchas otras mejor olvidadlos.
Me sienta bien la rutina diaria, me siento a salvo, hasta cuando no surge nada, pero el solo hecho de estar en mi estudio me hace bien.
Soy una persona que absorbe todo, no puedo ir sin saber o no entender que nos esta pasando, siento gran responsabilidad y creo en que esto que nos pasa es una gran oportunidad de creer que podemos plantear cambios con nosotros mismos y como conjunto en sociedad.
Ser optimista es una cualidad mía, hoy mas que nunca también lo siento como una estrategia para avanzar en momentos que se presenta con dudosa definición. También en este tiempo me recolecte con la lectura y con mirar muchos videos documentales. Es algo que no recuerdo porque deje de hacerlo, feliz de volver a disfrutar este placer que me había olvidado.
Siento que poder ser artista es un privilegio, en mi caso cualquier posibilidad es una idea que puede ser desarrollada, creo que estar dispuesto a plantear nuevos puntos de vista hacen que la inspiración surja, solo trato de sentirlas de verla como una pregunta que no se la respuesta, eso solo sude y ahí empieza mi trabajo." Jorge Miño, Mayo 2020
Las instalaciones "Piel sensible" y "Sin fin" de Jorge Miño que componen esta muestra nos proporcionan la posibilidad de experimentar una realidad multiplicada.
Sus imágenes se caracterizan por transportarnos a extrañas dimensiones donde todas las arquitecturas son posibles. Sus escaleras suben, bajan y atraviesan la escena desmaterializándose en un tiempo infinito donde el equilibrio y la ausencia siempre están presentes. Y es que para Miño vivimos un mundo de realidades infinitas que podemos transitar a partir de decisiones intuitivas que van más allá del propio conocimiento.
Esta exposición, curada por Gabriela Urtiaga, reúne dos importantes instalaciones especialmente creadas por el artista para la Sala C del Centro Cultural Recoleta.
“La piel traslúcida”, una poética instalación que ocupa el pasillo lateral de la sala, está formada por una serie de fotografías impresas en blanco y negro sobre gasa que cuelgan del techo; ubicadas una detrás de la otra, integrando la secuencia de una única imagen. La percepción de esta imagen variará según dónde se ubique el espectador. “Es el mismo principio de las capas que utiliza para desmaterializar sus escaleras”, explica el artista.