Nota publicada online
La primera feria argentina en reactivarse este año fue la de Córdoba, redenominada como FaCba (Feria de Arte de Córdoba), la cual tuvo lugar del 16 al 21 de septiembre. Se desarrolló bajo una modalidad muy distinta a la que nos tiene acostumbrados, y mientras una sección se podía visitar de forma virtual, la Asociación de Galerías de Arte de Córdoba, FARO, organizó recorridos presenciales a lo largo de toda la ciudad.
Cuando hablamos de ferias de arte, inmediatamente pensamos en dinero, en stands llenos de obras llamativas, grandes transacciones; coleccionistas, inversores y famosos trasladándose por pasillos alfombrados queriendo ganar la pulseada por las piezas más deseadas o escandalosas.
Sin embargo, si de algo nos dimos cuenta estos últimos dos años de pandemia, es que las ferias no se tratan sólo de dinero, sino que constituyen además un punto de reunión extremadamente fuerte. A diferencia de cualquier otra exposición, por importante que sea, profesionales del campo viajan de todos los puntos del país, ya sea para trabajar o para ver las novedades que el arte argentino tiene para ofrecer, los clásicos, las obras consagradas y los jóvenes que entran en escena y se dan a conocer. Son fechas marcadas a fuego en el calendario y esperadas con ansia como un punto de socialización y fiesta.
Cada una de las galerías locales alojó en sus instalaciones a galerías provenientes de otras provincias. Esto obligó a los visitantes a sacudirse la comodidad centralizadora de la sede del Cabildo y tener que salir, mapa en mano, a descubrir los espacios artísticos de la capital cordobesa. Se realizaron así distintos circuitos: Centro, Zona Norte, Unquillo y Colonia Caroya.
La temática de la feria, propuesta por la curadora Gabriela Barrionuevo fue “Paisaje, Producción y Fantasía”, la cual sirvió como consigna para la selección de obras, donde las galerías cordobesas eligieron exhibir principalmente a artistas locales.
Marchiaro Galería propuso a Lourdes Miazzo, José Correa y Marcos Acosta, uno de los artistas más destacados de Córdoba, con una poderosa carga metafísica y onírica en sus paisajes. Además de sus reconocidas pinturas, en esta ocasión Acosta presentó una serie de tintas realizadas en 2006 y pocas veces expuesta. Jacquez Martínez como galería invitada, llevó pinturas de Miguel Ocampo y collages de Sergio Camporeale.
En Galería Abre se realizó “Lo bello y lo triste”, un solo show de Santiago Lena, con un conjunto de obras en cerámica de gres, donde cada pieza cuenta con terminaciones únicas, imperfectas e irrepetibles. Con una iluminación escenográfica, se despliegan en una instalación que permite apreciar las texturas y discutir el concepto de belleza asociado a la simetría y la perfección.
Satélite, un proyecto de autogestión dirigido por los artistas Valeria López y Pablo Javier Martínez, realizó su primera experiencia de carácter comercial, articulando a través de esta iniciativa redes alternativas de vinculación y circulación de prácticas contemporáneas. Entre los artistas expuestos se encontraban Gabriel Alarcón, Mariana Ramírez y Lucas Despósito, por medio de Arde, galería invitada.
En Sasha D Espacio de Arte se destacaron las tintas de Gastón Goulu, de trazos milimétricos y obsesivos, junto con las obras de Javier Bellomo y Lucas Jalowski. Diego Obligado (Rosario) llevó esculturas de Mariana De Matteis y unos dibujos exquisitos de quimeras y animales fantásticos de Mele Bruniard. También participaron las galerías Isla Flotante (CABA) y Estudio G (Rosario).
En la Zona Norte se sitúa Artis, la cual compartió salas con Pabellón 4 (Buenos Aires), Gabelich Contemporáneo (Rosario) y Mercurio (Córdoba). Artis presentó obra de Lucas Aguirre, uno de los primeros artistas en el país en vender en formato NFTs por medio de plataformas de blockchain, mientras que Pabellón 4 expuso obras de Paula Otegui, Dino Bruzzone y Nicole Mazza.
En el circuito de Unquillo se encuentra ESAA, galería de arte y estudio de arquitectura, situada en una casa de estilo moderno construida en 1935 y restaurada en 2013, con jardines que conducen a un pequeño arroyo. ESAA participó con la exposición "Tomar mi cuerpo es tomar mi vida", de Natacha Voliakovsky y una videoinstalación de Los Cabezudos. Como proyectos invitados estuvieron HIPHIP –URRA (Buenos Aires), con obras de Nicolás Robbio, Schevach & Authier y Luciano Murúa, y Le Putit (Mar del Plata), con Gastón Alejandro Delego, Nahuel Agüero, Benjamín Malvicino.
Una de las propuestas que se destacó con una enorme y diversa selección de artistas emergentes fue Hotel Inminente, una ex escuela cuyas aulas fueron ocupadas como ateliers, invitando a su vez a galerías y artistas externos a participar ocupando todos los espacios disponibles.
Se organizaron además visitas guiadas y actividades en los patios de los museos, así como una serie de charlas para artistas y coleccionistas centrada en los NFTs, archivos digitales que configuran el nuevo formato en que se están vendiendo las obras, revolucionando el arte contemporáneo por medio del blockchain y las criptomonedas.
FaCba cerró su calendario este martes, configurándose como una instancia de reencuentro feliz que activó la sinergia, la fiesta y el mercado.