Un trabajo que toma la forma de una abstracción de la percepción en el tiempo, ese tiempo real que podemos llamar memoria. La joven fotógrafa suiza que vive y trabaja en Nueva York, captura un momento en el espacio físico donde una imagen se funde junto otras, creando una síntesis de diferentes modos de percepción de la visión. El relato se desarrolla dentro de variables mínimas: la luz y el espacio; ese instante es capturado por medio de dos dimensiones, un medio que utiliza como herramienta y que es la fotografía.
Steiner no intenta crear un simulacro de una realidad, sino congelar un intangible pues, la memoria es la discrepancia que existe entre recuerdo y el olvido, la interacción entre lo imaginario y lo real, cada uno parece estar reflejado en el otro en el momento fugaz en que ocurre.