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Los festejos por el Bicentenario Nacional ofrecen una nueva oportunidad de apreciar parte de la obra del gran maestro argentino Antonio Berni. La actual retrospectiva es la tercera que el MNBA dedica a este célebre artista, después de las de 1984 y 1997
Los festejos por el Bicentenario Nacional ofrecen una nueva oportunidad de apreciar parte de la obra del gran maestro argentino Antonio Berni (Rosario 1905 – Buenos Aires 1981). La actual retrospectiva es la tercera que el Museo Nacional de Bellas Artes dedica a este célebre artista, después de las de 1984 y 1997. Además, con esta exhibición se pone en marcha el acuerdo con el Citi como socio corporativo y sponsor privado del Bellas Artes. Para el curador Roberto Amigo, que contó con la colaboración de la crítica Martha Nanni, «la política no es una referencia sino la estructura del relato» de esta muestra que intenta vincular la filiación comunista de Berni con el ideario peronista.
Berni: Narrativas Argentinas reúne piezas del propio museo, museos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, del interior del país y de colecciones particulares. La muestra e compone de 31 obras realizadas desde la década del 30 hasta la última pintura inconclusa del artista que muestra a una mujer desnuda tendida sobre la arena al borde del mar mientras el cielo es cruzado por el paso de un avión (1981). A lo largo del recorrido de esta exposición ––que no es cronológico–– se pueden apreciar la pervivencia de tópicos iconográficos, los cambios estilísticos y formales que se mantienen siempre dentro de la figuración expresionista que caracteriza la obra del artista.
Berni comienza su carrera artística siendo casi un niño y en 1925, obtiene una beca de su ciudad natal para estudiar en Europa con André Lothe y Othon Friesz. En París recibirá dos influencias que serán claves en su carrera: en lo artístico, la del movimiento surrealista; y, en lo ideológico la revolución rusa y su amistad con el filósofo francés Henri Lefebvre quien lo introduce en el marxismo.
Al volver en 1931 sus cuadros serán la primera pintura surrealista que se conoce en el país. Rápidamente la situación imperante en la Argentina bajo el régimen de facto de José F. Uriburu (1930-1932) le hace abandonar esta tendencia para volcarse hacia la denuncia política y el realismo social. Los grandes cuadros como Desocupados (1934), Manifestación (1934) y Chacareros (1935) realizados sobre tela de arpillera con témpera, temple y óleo, respectivamente, dan testimonio de sus simpatías por el muralismo mejicano. Dada la situación política del país no era posible contar con el apoyo gubernamental en la cesión de grandes muros, de ahí que optara por la realización de estas grandes telas que podían ser trasladadas. Además, la elección de la arpillera no es casual, ya que con ella se hacían las bolsas utilizadas por los ingenios azucareros causantes, en parte, de la migración de los trabajadores a las grandes ciudades.
El Nuevo Realismo que comparte con Castagnino, Giambiagi y Policastro pretende denunciar las injusticias políticas y sociales, poner de manifiesto las relaciones de poder, defender a los más humildes, sin caer nunca ni en el populismo y ni en los mandatos políticos. De hecho, Berni se oponía al realismo socialista estalinista por considerarlo propagandístico, celebrativo y mimético. En alguna oportunidad dijo: “Lo mío no tiene un contenido político, sino un contenido filosófico”.
En la década del ’50 entra en una etapa de liberación del color y esto coincide con sus viajes a Santiago del Estero. Ejemplo de ello son Marcha de los Cosecheros (1953) y Agua (1956). En los ’60 el realismo de Berni se vuelve un realismo más crítico aún. Es el momento de la aparición de sus dos series más importantes: Juanito Laguna, un niño de los márgenes, del Bajo Flores. Pero es un niño digno que “todavía puede llevarle la comida a su padre, peón metalúrgico” (1960) o remontar un barrilete (1973). La otra serie es la de Ramona Montiel, la prostituta, representada por obras como La boda o El casamiento de Ramona (1959) y El examen (1976). En estas series encontramos ya la utilización del collage, el agregado en los cuadros de deshechos urbanos que el propio Berni recolectaba de los basurales y las calles de la ciudad.
Caben mencionar además una serie de retratos entre los que se encuentra Autorretrato con cactus (1934). Una tela de grandes dimensiones La Pesadilla de los Injustos o La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos (1961), dos esculturas Robot que integraron la instalación La masacre de los inocentes en el Musée d’Art Moderne de la Ville de París (1971) y la presencia de un grabado El matador (1965) que nos recuerda que nuestro artista fue el ganador de esta especialidad en la XXXI Bienal de Venecia en 1962.
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Más Antonio Berni
Hasta el 22 de agosto, se exhibe en el Paseo de las Artes del Palacio Duhau - Park Hyatt Buenos Aires una especial selección de obras del maestro argentino Antonio Berni, en coincidencia con la celebración del Bicentenario del país. Más de 20 obras del reconocido artista argentino, entre las que se encuentran Futbolistas, El Amigo Espiritual de Ramona, La Olla y la Carne y Marino, Amigo de Ramona, componen esta nueva exposición en el clásico Paseo de las Artes, que une la elegante obra arquitectónica de la Avenida Alvear con el edificio de la calle Posadas, en Palacio Duhau - Park Hyatt Buenos Aires.
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Más info
Hasta el 12 de septiembre
MNBA, Avda. del Libertador 1473