News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
EL RETRATO: UN GÉNERO QUE PERDURA
Miradas que atraviesan el siglo y construyen nuestra identidad
por Hugo Petruschansky
EL RETRATO: UN GÉNERO QUE PERDURA
 

En el Museo Nacional de Bellas Artes se exhibe la muestra "El retrato, marco de identidad", organizada por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos. Esta exposición cumple en Buenos Aires la sexta estadí­a en su itinerancia por distintas ciudades del paí­s, recorrido que comenzó en 2005.

En el Museo Nacional de Bellas Artes se exhibe la muestra "El retrato, marco de identidad", organizada por la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos. Esta exposición cumple en Buenos Aires la sexta estadí­a en su itinerancia por distintas ciudades del paí­s, recorrido que comenzó en 2005. Incluye pinturas y fotografí­as de estilos, funciones y temáticas diferentes que van desde las primeras décadas del siglo XIX hasta los últimos años del siglo XX. Se trata de un conjunto de obras de los autores más importantes de la colección del MNBA donde Marí­a José Herrera y Sara Facio aportaron sus miradas particulares en las curadurí­as para las secciones de pintura y fotografí­a respectivamente.
El retrato es uno de los tres géneros de la pintura que junto al paisaje y la naturaleza muerta abonaron la historia del arte hasta la llegada de la abstracción. Luego se pronosticó que estos tradicionales y amados géneros comenzarí­an su lenta y definitiva agoní­a.
Sabemos también que el retrato y sus subgéneros el autorretrato, el retrato alegórico y el colectivo han sido una aguda reflexión social sobre la historia y sus personajes y que es el género que mas claramente transmite esa reflexión en la mirada critica del artista, haciendo santos a demonios, ví­rgenes a necias, ricos y nobles a mendigos y gigantes a enanos. Por medio de sus arbitrarias especificidades técnicas, el uso de ambientaciones, vestuarios, y atributos iconográficos que casi siempre simbolizaron algo mas se habló de lo que muy difí­cilmente podrí­a haber hablado el retratado. Sabemos, por todo esto, que es el género donde falsedad, engaño y astucia se barajan con cartas honestas.
También se retrató la casa, la iglesia y al león para agregar mas confusión al género. Ni hablar de los retratos de espalda, como aquellos hermosos del perí­odo azul de Picasso.
Sabemos que los encargos producí­an la mayor parte de los retratos de una vasta época y gracias a su libertad un señor podí­a ser tal señor y que el espejo miente. Los espejos infaltables en los autorretratos devolví­an a veces imágenes viradas de la realidad donde zurdos y diestros compartí­an una misma identidad. Los espejos sirvieron también para ver muchas cosas a la vez, como en Las Meninas de Velázquez. Lo importante era lo que deseaban ver los otros o lo que el artista, una época o la doctrina inducí­an a mostrar. Es cierto que hubieron retratistas leales y neutrales hacia el modelo y nunca mas acertado aquellas octavillas en las que se decí­a que el arte no imitaba la naturaleza si no que la recreaba, estudiaba y la explicaba como parte de los misterios de la vida.
Por otro lado el retrato es el género mas sencillo, claro y a la vez atrevido que se permite describir y dar cuenta de uno mismo y del otro con certeza, como no lo hace el paisaje o el bodegón.
Y llegó a la historia la fotografí­a, que todo lo cambió, desmontando los artificios, artilugios y estrategias y otorgándonos así­ una nueva mirada de lo real.

El retrato, marco de identidad

Esta muestra es un homenaje a la historia del arte argentino a su cultura y sus hombres. Conformada por pinturas y fotografí­as de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes y con el apoyo de Fundación Andreani, se trata de una muestra clásica donde el género es protagonista, con cuidado estético, temático e ideológico. Además el MNBA nos regala obras jamás expuestas o mostradas hace ya un siglo como la ambigua obra de Jeff Leempoels "Los amigos", o "La Teodora" de 1897 o "El perro" de Deiker que se mostró por última vez para el Centenario en 1910. Desempolvar las obras de nuestro patrimonio es también uno de los hallazgos de esta muestra que visitará distintas ciudades de nuestro paí­s.
Como aclara la curadora Maria José Herrera el recorrido se realiza a través de cinco núcleos temáticos: El poder y su imagen, con obras del siglo XIX; Las Edades, el retrato en la esfera de la memoria privada; El espejo, el artista, sus colegas y amigos; ¿Retratos?, una reflexión sobre la definición tradicional del género; y El otro, pinturas europeas que muestran un cruce entre el retrato y la escena de costumbres.
El film Retratos de una colección del afamado director alemán Heinz Peter Schwerfel, fue especialmente realizado para acompañar la exposición vinculando nuestras imágenes contemporáneas cotidianas con aquellas que permanecen custodiadas en los museos. ¿Cuántos retratos vemos a diario mientras nos dirigimos a nuestro trabajo? La pelí­cula de Schwerfel propone una aproximación novedosa sobre la importancia de la mirada en el género retrato. La fotografí­a de la muestra El retrato curada por la experta Sara Facio se organizó según los siguientes temas: el retrato familiar, el retrato social, las mí­ticas celebridades y el retrato psicológico o de búsqueda interior. Estos manifiestan la variedad de miradas, originales y profundas con las que los fotógrafos se aproximan al retrato.
Reporteros humanistas como Henri Cartier Bresson o Sebastiao Salgado; hacedores de imágenes como Andre Kertesz o Luis González Palma salen airosos en sus búsquedas. Descuellan los retratistas natos como Annemarie Heinrich, el Estudio Witcomb, Yas -Noriega, Humberto Rivas o Alejandro Wolk. Una especial mención a la magní­fica fotografí­a de Alejandro Kuropatwa "Aida' de 1998 que impacta y se destaca ante los grandes nombres del medio.

Hasta el 13 de mayo en el MNBA, Av. del Libertador 1473

 

CLORINDO TESTA, CON SELLO PROPIO

"El autorretrato es el relato que el pintor hace de sí­ mismo, es el desnudo ante el espejo", dice Marí­a José Herrera, en el catálogo de la muestra "El retrato: marco de identidad". Por otra parte, en otras épocas, un retrato era un objeto único y precioso. Con cuidadosa exactitud, el artista trataba de reproducir con fidelidad el semblante de un modelo, en un intento por preservarlo más allá de la fugacidad del tiempo. Pero Clorindo Testa, con sus valiosos años de trayectoria como artista y arquitecto nunca imaginó que su rostro quedarí­a plasmado en un objeto tan singular y cotidiano como una estampilla.

Y esa es la propuesta de la Unidad de negocios del Grupo Logí­stico Andreani, que a través de una oblea postal, rinde un peculiar reconocimiento a Clorindo Testa uno de los creadores más importantes del arte de nuestro paí­s. La iniciativa es parte de un "Homenaje en vida a figuras nacionales" que Andreani ha organizado, a través de la emisión de una serie de estampillas.

"Me puso muy contento este reconocimiento", dijo halagado este "argentino" nacido en Nápoles en 1923, que supo moldear el paisaje urbano a través de sus audaces propuestas arquitectónicas. Y justamente fue en la Biblioteca Nacional, lugar que él mismo diseñó, donde se llevó a cabo la presentación de la estampilla.

Pensar un retrato para una superficie tan diminuta como la de una estampilla y que lleve "un sello personal de identidad" fue un desafí­o para Testa. "Partiendo de una foto que me sacaron delante de un cuadro que yo pinté hace años en referencia a "la esquina rosada" del cuento de Borges, pinté una parte en colorado", reveló el artista. De ese modo, "el interrogante es cuál es la verdadera esquina, el verdadero color, la verdadera cara... ¿la que es visible o la que está coloreada?".

 

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