Nota publicada online
A medida que el tiempo de aislamiento se extiende, la proliferación de intercambios entre distintos protagonistas crece en dos ideas claves: cómo repensar las nuevas formas de presenciar, consumir y distribuir arte y cómo ocupar ese nuevo lugar de ciudadanía en un ‘espacio sin olor’ como sugiere Cuauhtémoc Medina.
El curador mexicano Medina, viene ocupando un espacio relevante dentro de los intercambios actuales. Curador en jefe del MUAC (Museo Universitario Arte Contemporáneo de la UNAM) fue testigo presencial del gran contraste que comenzó apenas dio inicio el mes de marzo. Fue curador de la Bienal de Shangai y regresó a su país justo cuando comenzaba el aislamiento preventivo. Es en parte por esta capacidad suya de estar convocado internacionalmente, que suele ser contundente consultarlo pues, sin duda, uno de los aspectos que tardará en recomponerse, será el traslado, tanto de obras como personas, por distintos continentes. Esa gimnasia de viajero que va respondiendo a demandas de saberes muy valorados en cualquier parte de ese mapa global, que hasta hace unos meses representaba las citas obligadas del calendario anual, parece alejarse cada vez más de nuestro horizonte de disfrute. Pero más que destacar la falta, esta vez nos proponemos repasar las buenas ideas que van saliendo del capital creativo de esta parte del globo.
Frente a un volumen de enorme trabajo virtual y usando la idea de nuestro valorado Oscar Masotta, quien fue un destacado difusor de la desmaterialización del arte en los años 60’, el MUAC concibió un espacio inexistente dentro de su maravillosa arquitectura: la Sala 10. Pensada no sólo como enteramente virtual sino capaz de reformular un nuevo modelo de espectador, ya que funciona como si fuera un hotel que va incorporando podcast. Este término, definido internacionalmente como ‘Emisión de radio o de televisión que un usuario puede descargar de internet mediante una suscripción previa y escucharla tanto en una computadora como en un reproductor portátil’, fue analizado por Medina junto a Adriana Rosenberg, directora de Proa y Amanda de la Garma, a cargo de los museos de México, en una convocatoria con inscripción previa promocionada por una alianza de museos e instituciones de nuestro país. Ese espacio digital que ya tenían la mayoría de las instituciones estaba desaprovechado y si bien se subían contenidos a la plataforma propia, la política de comunicación estaba enfocada hacia la difusión que ejerce la prensa. Este ‘espacio sin olor’, aloja un formato que no resulta ideal para desplegar en el espacio real de una sala, pues contiene posteos auditivos en baja calidad y desarrollo de contenidos que serían caros y complejos para una sala convencional.
Una línea similar, adoptó la Galería Rolf convocando a Andrea Giunta a curar una muestra de despliegue museístico con una gran argumentación teórica que se fue subiendo a la web y a los canales de YouTube propios, mediante una serie de encuentros programados. En conversatorios con la curadora, se exploran los seis capítulos de una muestra enteramente online con una selección de artistas y obras ‘que interrogan la relación del hombre con la naturaleza, las radicales diferencias en la distribución de la riqueza, la existencia de desigualdades, el significado de lo doméstico, el aislamiento, la soledad, las formas de la memoria y el feminismo como práctica y como teoría que instaló anticipadamente todos estos interrogantes.’ Pensar todo de nuevo contiene mucho material para explorar y esto describe un tiempo nuevo donde -sin agotarnos en una sola visita- podemos ir descubriendo el trabajo monográfico que Giunta propone, de evidenciar las obras que ya percibían un mundo que necesitaba un reinicio como sugiere el título, pensado de antemano al aislamiento. Muy interesante el mini reportaje del último conversatorio donde Marta Minujín contó la instalación del Obelisco acostado, parte de la Bienal de Arte Latinoamericano que contó con una única edición en 1978, de su serieLa caída de los mitos universales donde analizaba el contexto de esa producción en plena dictadura. En el mismo encuentro, el fotógrafo Santiago Porter narró su plan de encontrar una de las obras del fallido mausoleo de Eva Perón que fue a parar a la quinta de San Vicente. La obra Evita decapitada es parte de su proyecto de cuestiones que han quedado inconclusas y que manifiestan un odio particular, en la misma semana donde Londres y otras capitales del mundo, tiraban abajo estatuas de esclavistas en protestas raciales derivadas del asesinato de George Floyd en Minnesota.
Esto que vamos incorporando como espectadores, presenta ya una confección de protocolos de asistencia que se están activando en todo el mundo en vistas de la finalización del ciclo más restrictivo de asistencia a museos. Aquí en Buenos Aires, ya hay dos que fueron presentados a las autoridades nacionales y regionales. Se trata de un sistema que garantiza la seguridad no sólo del personal de planta sino de los visitantes, algo que ya vimos se está aplicando en Europa, sobre todo en Italia y Alemania. Si bien tuvimos acceso a los puntos destacados, estamos ante un nuevo anuncio de extensión de las restricciones por el incremento de contagios en la región del AMBA un área metropolitana de fronteras porosas que cubre una superficie de 3.830 km², por lo que mejor lo ampliaremos en otro capítulo de esta zaga virtual.