Nota publicada online
Andrea Moccio trabaja el papel, un material básico de su formación de grabadora, pero lo aleja del plano para producir retículas que se expanden y multiplican como volúmenes blandos de apariencia orgánica. La fragilidad de este material del que están hechas las guirnaldas, se refuerza en una colaboración virtuosa por medio de agrupamientos que mantienen la trama o se contraen logrando una apariencia única que modifica el esquema original.
Desde Arte Online compartimos sus reflexiones en estos tiempos de introspección obligada.
“En esta cuarentena disfruto con todas mis fuerzas el privilegio de tener salud, tener comida, tener internet y una red de seres queridos maravillosa.
Mi casa es mi taller, lo cual me permite estar conectada con los materiales para hacer obra. Siento que estoy a salvo.
Me gusta mucho este nuevo silencio que se siente en la ciudad, pero por momentos es aterrador.
La recompensa es que en mi patio aparecen pájaros cada vez más seguido.
Extraño ir a muestras y las largas caminatas de la mano con mi hija.
Estos días estoy trabajando de dos modos, en obra de gestos pequeños, obra gráfica, posible de resolver con poco, como digo yo , de "escritorio de taller" que intervengo con un viejo sacabocados de una fábrica de guirnaldas tesoro entre otros que heredé gracias a la crisis. En simultaneo estoy elaborando un nuevo proyecto site specific, pretencioso por sus grandes dimensiones, absolutamente impensable en este momento de incertidumbre, pero photoshopear es gratis. Armo la idea en un render como un acto de fe, para que se vuelva visible y posible de tanto desearla. Es, de momento una "seudotribuna panal" que intervengo con proyecciones que la convierten en hormiguero. Hecha con guirnaldas como las utilizadas en mi última instalación Exuvia, en la Usina del Arte o en El Cristal de un sueño en el CCK
Continúo con la idea de serie de tonergrafias "Todos los Jardines de mi Madre", donde evoco el paso devastador del tiempo en la naturaleza y juego con el envejecimiento de la obra como si fuera parte de ese mismo proceso accidentado de desintegración. "Toda maceta es un jardín" me detengo especialmente en el gesto de las flores cuando mueren como van perdiendo la" compostura " con esa languidez se van doblando como vencidas, para desojarse poco a poco. En medio de la fotografía de una flor rozagante incorporo el corte circular de un sacabocados industrial, para fabricar guirnaldas. Al desplegar el papel las incisiones generan un extraño volumen que se fusiona con la imagen fotográfica de la flor, como un lánguido pop up, juego como si las flores pudieran extinguirse todas de la misma manera, de forma prolija, previsible y sistemática.
En este tiempo de introspección obligada simplemente me ordeno un poco más, pero como estoy acostumbrada a que trabajo en mi casa, no es muy diferente. Solo siento que no tengo que correr a ningún lado y eso me encanta.
Pienso que estamos viviendo un momento histórico, ojalá bisagra para mejorar el sistema que nos hace ir detrás de una zanahoria constantemente. Pero, ¿cuantas señales más teníamos que recibir de la naturaleza para darnos cuenta que esto podía suceder? y si esto fue creado en un laboratorio para fastidiarnos? también es una señal de nuestra naturaleza!
¿Recién ahora nos damos cuenta que la salud es para unos pocos privilegiados? Siento un sacudón, como cuando perdés a un ser querido, todo toma una dimensión distinta. Personalmente me debato en la búsqueda de una respuesta en una espiritualidad que por momentos se ve interrumpida por la incertidumbre de como sobreviviré como artista y docente.”
Andrea Moccio Abril, 2020
Andrea Moccio. Exuvia en la Usina del Arte
por Pilar Altilio. Publicado en Febrero 2020
Fue invitada a desarrollar una singular instalación en el foyer de la Usina del Arte que podrá visitarse -post cuarentena- hasta fines de diciembre.
Andrea Moccio tiene una trayectoria marcada por hitos donde su relación con el oficio de grabadora ha dado cuenta de inquietudes que trascienden ampliamente el plano para desarrollar una obra blanda, que revela otra sustancia del papel original, transformando completamente el plan inicial de un material ancestral y noble. La convocatoria surgió rápidamente y Andrea necesitaba una persona que “me conociera y conociera muy bien el proceso de mi trabajo, que me diera su apoyo porque literalmente la obra se estaba pariendo y era necesario ir adaptando el texto breve a este propósito”. Así como lo cuenta en primera persona, nos mantuvimos muy cercanas desde el 99 en adelante, tanto en mi rol de curadora como ejerciendo la crítica en los medios, he dado cuenta de su trabajo y este desafío me apasionaba tanto como a ella.
El uso del papel de guirnaldas, se inicia en losEstudios Abiertosque dirigió con tanto éxitoAna María Battistozzi. Si bien antes había experimentado con guías de teléfono a las que guillotinaba e imprimía en los cantos para hacer obras que se desplegaban, la primera pregunta es ¿qué significa el espacio para tu obra, esto de salirse del plano, de romper con lo bidimensional?
"El proceso de pasar al volumen no fue lineal, pero en un momento comprendí que con la serigrafia podía generar estas guirnaldas, ahí se abrió una puerta. Usé libros de medicina antiguos que eran de mi padre a los que convertí en farolas chinas que estaban armadas con esos volúmenes sin que se distinguiera nada del plan original de un libro. Entendí que podía construir objetos, generar situaciones como de site especific, y eso sucedió en 2006 en un Estudio Abierto del deshabitado Correo Central, usando una oficina abandonada con mucha información de quienes la habían habitado. Me pasa muchas veces que tengo algo a lo que luego le encuentro un sistema, siempre basado en la seriación. Llega la ocasión en que lo utilizo, eso me pasó con las guirnaldas de gran tamaño, con las que conseguí darle una espiritualidad singular a ese espacio, ubicaba al espectador en un reto que le generaba sensaciones".