Nota publicada online
El Museo Nacional de Bellas Artes presenta el “Premio Arthaus de Artes Electrónicas”, la muestra que, hasta el 3 de septiembre, reúne en el segundo piso las tres obras de Rodolfo Marqués, Gabriela Golder y Diego Alberti galardonadas en mayo de 2022 en la primera edición de este certamen.
Desde el 2 de agosto, y hasta el 3 de septiembre, se exhiben en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) las obras ganadoras de la primera edición de los Premios ArtHaus a las Artes Electrónicas 2022.
El primer premio de $ 600.000.- fue para la obra Artesonado de la tercera Buenos Aires de Rodolfo Marques. Los dos segundos premios de $ 300.000.- cada uno fueron para Tierra Partida de Gabriela Golder y Lliklla de Diego Alberti. Los tres premios no adquisición, de alguna forma, sintetizan las investigaciones artístico-técnico-científicas que interesan a estos artistas en la actualidad, son coherentes con sus líneas de trabajo y aportan de manera sustancial al crecimiento de las artes electrónicas argentinas.
Con su instalación robótica, Marques constata que el despliegue en el espacio expositivo permite expandir una obra de estética compleja. Ese desdoblamiento que posibilita lo modular hace que se visualice mejor el vínculo entre los diversos sistemas de ingeniería de distintas épocas que el artista estudia mediante esta obra. Evidencia un sinfín de componentes que constituyen diferentes muestras de desarrollos tecnológicos. Aporta un diferencial siendo una obra de interacción que incorpora el comportamiento del espectador para que se produzca el funcionamiento de la pieza, una de las constantes del arte robótico.
El textil digital de Alberti deja al descubierto un minucioso trabajo de programación en un ejercicio de transposición, desde nuestra lectura, a una materialidad que no es una pantalla digital. La obra toma volumen en una trama de luces LED ensambladas a mano en una malla de hilos de metal. En un ritmo sistematizado, como el que realiza un telar manual, las secuencias de luces de colores distintos se encienden y apagan. Este efecto producido mediante un “algoritmo muy sencillo” posibilita observar los diseños del tejido. En un tiempo en el que la pantalla digital es el soporte “atracción” del momento, el artista sale de la misma para trabajar técnicamente con la programación desde otro lugar. Un acierto de Alberti porque se apropia del adelanto tecnológico que domina a la perfección para ir en reversa y estar al día, incluso, con la exaltación de lo ancestral.
Mientras tanto, la video-instalación de Golder reafirma su destreza técnica para la filmación, la edición y el aprovechamiento de la calidad de la imagen digital. La obra se relaciona con los trabajos que presenta actualmente en la Fundación Andreani. Nuevamente se posiciona como referente del arte tecnológico realizado por artistas mujeres. Posee la ventaja de que su estética se halla entre lo documental y lo ficticio, por lo que sus imágenes parecen de ciencia ficción cuando no lo son. Posee una capacidad infalible para la composición alternada del relato audiovisual. Utiliza el montaje alternado en la video-instalación en la sala misma, un efecto visual simple que cobra un protagonismo sinigual para exhibir en gran escala.
Cuando se produce una alianza entre una institución privada que organiza un premio y el MNBA que exhibe los resultados en sus salas, el arte argentino recupera espacios. Ambas partes se retroalimentan de las inmejorables condiciones de circulación del arte tecnológico en un lugar de alta legitimación. Por un lado, e lMNBA reaviva ese rol que supo habilitar en otras épocas para mostrar obras de vanguardia. Por otro, ArtHaus se afirma en el campo del arte como un nuevo espacio multidisciplinar que en poco tiempo supo construir una impronta propia.