Nota publicada online
“Mamá luchona”, es la primera obra en Argentina, emplazada en un espacio público, del multipremiado artista argentino, Gabriel Chaile. La entrada de ArtHaus, el nuevo centro de producción y experimentación cultural, situado en Bartolomé Mitre 434, en el microcentro porteño, fundado por Andrés Buhar.
Simplemente fantástica. "Mamá Luchona", la obra de Gabriel Chaile emplazada en la puerta de ArtHaus luce fantástica. Fantástico el contraste entre la “city porteña”, con sus kilos de acero inoxidable y vidrios blindados; aquí lo único milenario son sus toneladas de mármol. O, mejor dicho, era así hasta que llegó la “Mamá Luchona” de Chaile para instalarse en la puerta de un moderno edificio de microcentro: Bartolomé Mitre 434, convertido en un centro de experimentación y producción cultural. Ahora la tierra, con toda se dimensión ritual, la presencia de las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios en nuestra cultura, están presentes. Fantástico también este contraste entre finanzas y cultura al que apostó Andrés Buhar, empresario, pianista y coleccionista comprometido con la promoción de la cultura contemporánea.
“Mamá luchona”, es una estructura de hierro, adobe, huevos, alambre y yeso de 415 x 156 x 283 cm, realizada en el 2021 por el artista tucumano que exhibe en Venecia y es también el homenaje que el artista le dedica a las madres, entre ellas la propia, que dividen su tiempo entre trabajar y criar a sus hijos sin dejar de disfrutar y celebrar la vida, trastocando el sentido peyorativo de luchona.
“Mamá Luchona es la madre de todas las esculturas que he hecho” contó Chaile durante la presentación de la obra; “en mi trabajo me acerco a mundos cercanos y ajenos, entendiendo que todos tenemos una historia que muta. Es la postura del curioso, que no sabe pero quiere entender, y que tiene un puñado de decisiones claras. Que tantas personas que pasan por el microcentro porteño puedan acercarse a mi obra, me emociona.”
De ascendencia afro-árabe, española y de la comunidad indígena candelaria, Chaile, nacido en Tucumán en 1985 y que hoy expone en la Bienal de Venecia, es el menor de ocho hermanos. Sus padres, analfabetos, vendían pan que preparaban en un horno de barro, como el que el artista hizo en la Semana Art Basel Cities en Buenos Aires, en 2018, en La Boca. Se considera un “antropólogo visual”, no olvida de dónde viene. Lo traduce en pinturas, esculturas, acciones compartidas, poemas e instalaciones escultóricas. El artista transita con los pies sobre sus raíces y los antepasados de nuestra tierra.
ArtHaus, un nuevo espacio cultural, que abrirá sus puertas en el segundo semestre, entre cúpulas icónicas que, a metros de Plaza de Mayo, apuesta a la transformación del microcentro. El edificio, diseñado por el arquitecto Carlos Berdichevsky, tendrá un gran auditorio y un espacio de exhibición de más de 700 m2. En la terraza del edificio va a funcionar un restaurante con una propuesta gastronómica de excelencia y vistas a la Plaza de Mayo y las cúpulas icónicas de la Buenos Aires. Se instalará allí el baptisterio del Grupo Mondongo, compuesto por más de 3 mil piezas de plastilina, cuya materia prima es el color mismo.
ArtHaus es más que un espacio, es un concepto que se plantea como disparador para la generación de vínculos que tengan que ver con el quehacer artístico del presente. El equipo curatorial de ArtHaus está integrado por María Teresa Constantín (artes visuales), Marcelo Delgado (dirección musical), Felicitas Luna (artes performáticas) y Gabriela Irrazabal (coordinación). Se trata de un lugar para llegar y quedarse, para habitar. “Habitar el arte” es precisamente una de sus ideas rectoras. Estará dedicado a la experimentación, producción, investigación y difusión de las artes visuales y escénicas, la indagación del movimiento y la creación musical de nuestro tiempo. En otras palabras, al arte contemporáneo. Aún, a puertas cerradas, ya lanzó dos concursos en conjunto con el Museo Nacional de Bellas Artes y el Teatro Colón.
“Me gusta pensar a la Luchona como un faro que recibe a los visitantes y al mismo tiempo, irradia una señal que indica el camino. Los faros no se mueven, su luz hace que vayamos hacia ellos”, señaló Andrés Buhar. “Mamá Luchona” se alza como un cuerpo extraño que irrumpe y nos recuerda aspectos que muchas veces en el apuro cotidiano pasamos por alto…”
Fantástica propuesta.