Nota publicada online
Gabriela Golder trabaja en video, instalaciones e intervenciones site specific. Sus obras fundamentalmente plantean cuestiones relacionadas con la memoria, la identidad y el mundo del trabajo; en la búsqueda del encuentro con un otro para dar lugar al espacio reflexivo.
Desde Arte Online la convocamos para conocer sus pensamientos en esta nueva vivencia que nos toca transitar y recorrer sus últimos trabajos.
"Resisto, con días mejores y otros peores pero sin duda desde una situación de privilegio. Doy clases virtualmente, preparo la edición de la Bienal de la Imagen en Movimiento 2020, pienso nuevos proyectos, edito una videoinstalación que fimé el año pasado y aún no terminé, registro en video casi todo los días un rayo de luz que penetra en un ambiente, el cielo, los movimientos de la gata, mis hijos, son como notas, capturas de miradas... Estoy un poco saturada de las plataformas virtuales y que tanto porcentaje de nuestros días pase por ahí, pero me adapto, cuando depende de mi, trato de espaciar estos encuentros entre las pantallas.
Disfruto no tener que desplazarme tanto para todo, estar descalza la mayor parte del tiempo... Extraño los rostros de la gente sin barbijo, los encuentros con amigxs, mi taller, la soledad, las calles de San Telmo (donde está mi taller), las luces en la noche y la gente habitando livianamente los espacios, los bares, tomarme un cafecito, viajar, planear viajar...
Estoy trabajando en la postproducción de una videoinstalación La educación sentimental y desde el principio de la cuarentena estoy trabajando en un proyecto sobre cielos, cielos de acá y de diferentes lugares del mundo, sobre mirar al cielo, sobre los colores del cielo, sobre cielos que dicen. Es un proyecto que incluye muchos formatos, algunos ya realizados otros en pleno proceso.
No se si pienso en aprovechar el tiempo, sino más bien en habitarlo, en transcurrirlo. Aprovechar sería lo opuesto a Perder (el tiempo), y yo pienso que lo habito, lo transito, lo transcurro o dejo que transcurra... Depende los días. De todos modos, en mi caso la introspección no es tanta. En casa somos 4, tengo dos hijos en edad escolar, por primera vez nos toca estar 24 horas juntxs cada día (desde marzo!), entonces más bien es aprender a habitar de otro modo, con los ruidos de cada uno, con los movimientos, con los humores, diría que es un tiempo de búsqueda de equilibrio permanente. Me inspiran cosas muy diversas, una noticia, una película, una frase en un libro, el cielo, la luz, el movimiento de la luz, la música, los pensamientos de mis hijos... Soy bastante esponja, aunque hay días que estoy más permeable a algunos estímulos otros días a otros." Gabriela Golder, Julio 2020
Premio Trabuco Y Premio Itaú
Recientemente resultó seleccionada en el Trabucco, la muestra quedó “suspendida” en Fundación Klemm y ganó el Primer premio del Itaú. ¿que tienen en común estas obras?
"Ambas parten del concepto de resistencia. Además tienen en común la concepción de una puesta en escena, un rodaje en set con una puesta de luz muy definida previamente y la cámara fija."
Primer Premio Fundación Itaú a la videoinstalación Instancias de lucha de Gabriela Golder (CABA), que parte de registros de obreros bonaerenses pertenecientes a fábricas recuperadas. Sobre la obra el jurado comentó “El cuidadoso enfoque de cuerpos, gestos y expresiones conforman un elocuente tríptico electrónico. Las poses y expresiones captadas con el recurso del ralentí, conforman una galería de imágenes que remite a la iconografía de las luchas obreras del Siglo XX, reformuladas en un contexto contemporáneo de crisis social”.
En Premio Trabucco presentó “La propiedad de todo”, una instalación visual compuesta por dos videos en dialogo uno frente al otro, con un enorme vacío entre ambos. Ese vacío como un silencio metafórico para que el espectador pueda desplazarse en el, entre las palabras, dejando ese lugar necesario para la meditación. Las protagonistas de los videos son una adolescente -su sobrina- en uno y una mujer mayor -su madre- en el otro.
Ambas reflexionan sobre textos escritos por Ulrike Mainhof durante su nefasta estadía en una cárcel alemana acusada de pertenecer al grupo terrorista “Fracción, del Ejército Rojo”(RAF). La madre ensaya sobre el libro “Yo, Ulrike, grito”y la adolescente sobre fragmentos de las cartas para sus hijos, escritos desde la cárcel.
La propiedad del todo indaga sobre la acción de tomar la palabra, de ocupar nuevos espacios de enunciación, de volver a escuchar y decir diferente.
