Esmeralda 1353
Rolf Art se complace en anunciar la apertura de la última exposición del año titulada "Eso que estalla no es el sol", con la curaduría de nuestro artista Francisco Medail. Se trata de una muestra colectiva que presenta un diálogo inédito entre diferentes artistas de la galería a partir de la reflexión sobre el vínculo entre lo humano y aquello que todavía llamamos naturaleza.
Fotografías que problematizan la relación con el ambiente, videos que miran al cielo como lugar de escape, objetos animalados que engendran nuevas identidades zoomorfas, imágenes en las que el rostro humano adquiere formas irreconocibles, el cuerpo se desintegra en el espacio o comienza un proceso de metamorfosis (...). Todas estas obras configuran escenarios para repensar el modo de habitar el planeta y vincularnos entre distintas especies. (...) Eso que estalla no es el sol es una invitación a repensar nuevos parentescos entre seres humanos y especies compañeras. Una alianza de solidaridad para revitalizar un planeta en estado de emergencia.
La exposición está integrada por Adriana Lestido (b.1955), Ananké Asseff (b.1979), Andrés Denegri (b.1975), Celeste Rojas Mugica (b.1987), Gabriela Golder (b.1971), Graciela Sacco (1956-2017), Humberto Rivas (1937-2009), Liliana Maresca (1951-1994), Marcos López (b.1958), Marcelo Brodsky (b.1954), RES (b.1957), Roberto Huarcaya (b.1959), Santiago Porter (b.1971), Sara Facio (b.1932), Silvia Rivas (b.1957), Verónica Meloni (b.1974) y Vivian Galban (b.1969).
La muestra, de entrada libre y gratuita, podrá visitarse de lunes a viernes de 11am a 7pm, con una permanencia hasta el día 24 de febrero de 2022.
Eso que estalla no es el sol
Por Francisco Medail
Mientras leemos este texto una parte del país está en llamas. Desde el 2019 se han incendiado más de dos millones y medio de hectáreas, arrasando con todo lo que el fuego toca. La tierra quemada en Argentina es apenas un eslabón más en una cadena global de urgencias ambientales. La crisis provocada por la acción de las personas humanas sobre la Tierra ha llegado a puntos irreversibles.
Para denominar a la evidencia de estos efectos devastadores se ha utilizado el término Antropoceno, aunque varios autores coinciden en que sería más preciso denominarlo Capitaloceno, puesto a que es este paradigma económico el motor que opera en la destrucción del planeta. En efecto, el cambio climático tiene su punto de origen en la configuración de un modelo de producción industrial basado en la explotación de recursos y políticas extractivistas. Esta reorganización del mundo implicó una operación divisoria entre humanidad y aquello que todavía hoy llamamos naturaleza.
Eso que estalla no es el sol presenta un conjunto de obras que da cuenta de dicha escisión, a la vez que propone formas posibles de reconstruir ese vínculo. Fotografías que problematizan la relación con el ambiente, videos que miran al cielo como lugar de escape, objetos animalados que engendran nuevas identidades zoomorfas, imágenes en las que el rostro humano adquiere formas irreconocibles, el cuerpo se desintegra en el espacio o comienza un proceso de metamorfosis para devenir en un cuerpo otro: un cuerpo vegetal. Todas estas obras configuran escenarios para repensar el modo de habitar el planeta y vincularnos entre distintas especies. Entendidas como piezas fabulativas, hacen énfasis en la necesidad de reinventar el modo de relacionarnos no solo entre seres humanos, sino fundamentalmente con los seres no humanos, para imaginar así otros mundos que den soluciones a los problemas del presente. Dicho en términos de Donna Haraway, Eso que estalla no es el sol es una invitación a repensar nuevos parentescos entre seres humanos y especies compañeras. Una alianza de solidaridad para revitalizar un planeta en estado de emergencia.