Nota publicada online
Tres propuestas poéticas que nos representan en la Bienal de Arte Contemporáneo en Venecia
Eduardo Basualdo: El límite de las Cosas
Las obras de Basualdo fuerzan el sentido de las cosas hasta un riesgoso límite. El joven artista trabaja con algo tan abstracto como la fuerza de las sensaciones y la capacidad evocativa. Sus obras suelen descolocar al espectador. En los Arsenales, en un espacio del inmenso edificio que albergó uno de los primeros astilleros del mundo, Basualdo presenta una puerta lijada justo en el lugar de la mirilla, hasta que delgada como un papel, casi se alcanzar a ver del otro lado. Sobre una mesa hay una obra ilusionista: un engañoso puñal con sólo el mango y la sombra de la hoja. La pieza más enigmática y violenta se llama “Cómo volver a casa”. Basualdo dibujó una línea recta sobre una serie de papeles blancos y los redujo luego a un bollo. La obra, el propósito del artista, consiste en el intento de devolverle a las cosas, aún después del maltrato, sus cualidades originales. Y allí están los papeles tratando de recuperar su condición primigenia, con las huellas ya imborrables de las arrugas.
El Misticismo de Ana Gallardo
Gallardo presenta “El pedimento” una obra que desde el año 2009 viene realizando en distintas ciudades. La acción de nuestra artista se concretó antes de la inauguración de la Bienal junto a las mujeres de la cárcel de Venecia. Gallardo invitó a las presas a modelar una pieza de barro, les pidió que con la tierra y el agua representaran aquellas cosas que piensen, van a necesitar cuando lleguen a la vejez. “Ellas tenían que realizar un deseo, pensar, sentir y pedir a través de esta pieza su deseo mas profundo para el tiempo de la vejez”, señala Gallardo.
Luego, en el territorio de la Bienal, en un pequeño cuarto del Jardín de la Virgen levantó una montaña de tierra y sobre ella dispuso los objetos. El clima generado en ese ranchito es decididamente místico. Gallardo sostiene: “El conjunto potencia la fuerza del pedido, invita a reflexionar sobre la idea del deseo, los hechos mágicos en la emoción humana, la fuerza de lo colectivo en estas acciones y la memoria, colectiva e individual”.
Los Dibujos Aéreos de Ernesto Ballesteros
En los Arsenales, allí donde nació la flota de la República de Venecia, el artista Ernesto Ballesteros presenta sus vuelos de aeromodelismo interior. Durante los siete meses que dura la Bienal, Ballesteros impulsará el vuelo de los aviones que él mismo fabrica y que pesan menos de un gramo. Esta levedad determina la suprema lentitud de los vuelos. Los dibujos al lápiz de Ballesteros, las líneas tenues y continuadas que traza con el grafito han ganado su lugar en el espacio. Las trayectorias del vuelo reproducen el carácter errático de los casi imperceptibles dibujos del artista, replican las líneas que recorre el lápiz cuando se desliza sobre el papel. El sentido de la performática obra “Vuelos de interior”, sólo se percibe al ver esos avioncitos demorados en el aire quieto del antiguo Arsenal. La performance es una danza. El artista no pronuncia una palabra, pero el espectador advierte en ese silencio la ligera poesía de esos aviones, casi inmateriales y por momentos, invisibles.
“Este trabajo se vuelve una reflexión sobre el tiempo y la energía puesta por los artistas desde hace siglos. ¿Cuántas líneas forman el dibujo del conejo de Durero?”. Ballesteros imagina posible cuantificar la energía del trabajo artístico. En este caso, siete meses de trabajo en Venecia.