Memoria y balance a 10 años de un premio y una colección. Parte II
por Eugenia Garay Basualdo
Con un escenario inmejorable surge, en 2009, el Premio Itaú a las Artes Visuales, un premio privado que, desde el inicio apostó a un arte “sin disciplinas”.
El Premio
Con un escenario inmejorable surge, el Premio Itaú a las Artes Visuales a partir de la idea de Anabella Ciana, coordinadora general de la Fundación Itaú Argentina Educativa y Cultural, que con un tenaz apoyo de José Pagés, su presidente, advierten las circunstancias de la época y se proponen lanzar el primer certamen del país con inscripción online.
Históricamente en la Argentina el apoyo privado a través de certámenes para estimular el arte es prácticamente una tradición. El ejemplo más destacado se encuentra reflejado en la cronología del Museo Nacional de Bellas Artes que, desde la década del sesenta, organiza varios premios promovidos por diferentes empresas y fundaciones como: la Cámara Argentina de la Industria Plástica, la Fundación Lorenzutti, Celulosa Argentina, Benson & Hedges, Lufthansa, Navarro Correas, la Fundación Mundo Nuevo, la Fundación Antorchas, Chandon, la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, Siemens, la Universidad de Palermo, la Fundación Banco Ciudad, por solo mencionar a algunos, y en su mayoría con adquisiciones para el patrimonio del MNBA.[i]
Otro paradigma en este sentido es el del ciclo de nueve salones que lleva a cabo la empresa Acrílico Paolini entre 1970 y 1980, que se exponen principalmente en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y en la galería Bonino, otorgando numerosos premios, algunos en modo de adquisición para el MAM.
Para terminar de confeccionar el mapa de las iniciativas privadas y públicas que lanzan premios propulsando las producciones contemporáneas pueden tenerse en cuenta, por su alcance, los de la Fundación Jorge Federico Klemm desde 1997, la Universidad UADE desde 2006, el Banco Central y la Fundación Andreani desde 2007, el premio ArtexArte a la fotografía desde 2013, el premio Pintura Banco Nación desde 2015, y el premio del Fondo Nacional de las Artes desde 2016. Cabe recordar que el premio de la Fundación Teléfonica - Museo de Arte Moderno solo tiene una continuidad de diez años entre 2003 a 2013. La lista puede continuar porque en los últimos años surgen nuevos concursos; al mismo tiempo que no se está considerando la gran variedad de salones provinciales y municipales ya asentados en la escena artística y de gran renombre; pesquisa aparte que excede la extensión de este artículo.
Toda esta sumatoria de datos mínimos contribuye a la puesta en contexto en la que el Premio Itaú empieza a tener un lugar, año tras año, sobresaliente. Al presente y con una década de permanencia ininterrumpida en el ámbito del arte argentino contemporáneo, el Premio Itaú a las Artes Visuales también se encuentra consolidado con una de las colecciones más notables del país, aunque poco conocida.
En la coyuntura actual del arte argentino son tres los premios que dominan la escena por sus convocatorias, estando en primer lugar “históricamente” el Salón Nacional de Artes Visuales, al que le sigue el Premio del Fondo Nacional de las Artes, y cerrando la tríada se encuentra el Itaú, obteniendo este puesto de liderazgo durante diez años de incesante labor.
La Fundación Itaú se propone gestionar un gran salón puramente federal brindando la participación a través de internet, de manera inédita en la Argentina desde 2009, y logrando que 22.127 personas se inscriban y den a conocer sus manifestaciones hasta la actualidad.
Lo “federal” es un componente exclusivo e inclusivo –sendos términos en sus sentidos positivos- de este premio dado a que su llegada víawebhace que se amplíe el espectro de postulantes sobre todo de las provincias, tantas veces relegados por las distancias y hasta por la falta de recursos económicos para trasladar sus obras. De acuerdo a esto, el Itaú ofrece transporte gratuito de ida y vuelta para las obras de los participantes que se encuentran a más de 200 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Dentro de una clara política cultural que fomenta el federalismo y el intercambio se proyecta una itinerancia de la exposición desde la primera hasta la séptima ediciones, recorriendo las ciudades de Tucumán (Centro Cultural Virla y Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro), Salta (Museo de Arte Contemporáneo), Mendoza (Espacio Contemporáneo de Arte y La Nave Cultural), Córdoba (Museo Emilio Caraffa), Mar del Plata (Teatro Auditorium), La Plata (Museo de Arte Contemporáneo), Rosario (Centro Cultural Parque de España), Neuquén (Sala Emilio Saraco), y Buenos Aires (Espacio Itaú Cultural, Usina del Arte, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Casa Nacional del Bicentenario). Solo en Buenos Aires se realizan las últimas tres exhibiciones.
La “transparencia” es otro factor que el Itaú instala a través de la convocatoria de jurados de selección de todo el país que generan devoluciones para los inscriptos estimulándolos a progresar en sus indagaciones artísticas, algo muy valorado por los participantes, ya que es poco frecuente que suceda en un premio.
La “pluralidad” prevalece en la cantidad de categorías que comprende el premio ya sea pintura, escultura, dibujo, grabado, instalación, objeto, fotografía, video, cerámica, textil y obras tecnológicas de las más diversas; y siempre con temática libre.
Premios Especiales (no adquisición)
Con la intención de afianzarse como un certamen de vanguardia la Fundación Itaú, desde la sexta edición, implementa distinciones especiales para las tendencias más inmediatas, extendiendo los márgenes de las artes visuales hacia las expresiones fuertemente vinculadas con los avances tecnológicos.