Nota publicada online
En los dos primeros paneles, el espacio curado por el colombiano residente en Hong Kong, Inti Guerrero, se pudieron escuchar las conversaciones alrededor de las relaciones entre arte y psicoanálisis, a partir de relevantes invitados.
En el primero, los aportes de una potente Dora García, la artista española que bucea las relaciones fronterizas entre hospicio, cura psiquiátrica y terapias posibles, mostró parte de sus indagaciones sobre proyectos de esta naturaleza llevados a cabo en distintos momentos de la historia del siglo XX en Europa, una de las más interesantes fue la del The Hearing Voices Café ubicado en Hamburgo, un bar que recoge experiencias y las imprime en diarios para su difusión. |
La siguió la intervención de Tania Rivera, reconocida ensayista brasilera, que hizo su aporte basado en las obras de la legendaria Lygia Clark y sus juegos donde poner el cuerpo y sanar, usando dispositivos como los objetos o las performances fueron pioneros en los años sesenta. Finalmente el reconocido artista mexicano Pedro Reyes quien mostró su instalación denominada Sanatorium, espacio destinado a romper las fronteras entre prácticas artísticas, chamanismo, sanación y new age, destinado a ser una experiencia trascendente para los que participen, realizado en distintos espacios emblemáticos que convoquen como la Documenta Kassel o el Guggenheim de NY.
El cierre estuvo destinado a que el reconocido psicoanalista lacaniano Alejandro Ariel, planteara algunas preguntas de interesante respuesta a los participantes, que en la mayoría de los casos sólo pudieron argumentar su necesidad de continuar indagando sin una respuesta única.
En el segundo panel destinado a indagar la noción deotredaden el coleccionismo, la intervención del colombiano Jaime Ceron se centró en la noción de lo siniestro aplicada al arte en un breve desarrollo de ejemplos que dejaron en claro una posición muy compleja entre el coleccionista que compra una obra hecha con un propósito revolucionario o reivindicativo y la coloca en su living para ser observada por los guardianes de un sistema represivo. Le siguió el curador del Jewish Museum de New York, Mason Klein, quien habló de su trabajo Beauty Is Power a partir de la magnífica colección de Helena Rubinstein, una mujer que acumuló una fortuna incalculable y reunió una colección de notables piezas de distintas culturas prehispánicas, africanas y de otras partes del mundo no occidentalizado, seleccionadas a partir de su apariencia estética en un momento en que dichas piezas circulaban en un mercado libre de restricciones. La intervención del mexicano Ramiro Martínez Estrada, director del Museo Amparo de Puebla introdujo una idea más que pertinente al debate, al afirmar que lo que maravilla e interesa del museo que dirige se dispersa completamente cuando al salir, los descendientes de aquellas etnias que habitan Puebla no son valorados del mismo modo.